Análisis: Again: Eye of Providence

15 de julio de 2010 a las 9:44 am

Cing puede haber entrado en bancarrota, pero aún faltan por salir algunos de sus juegos. Ya hemos disfrutado de Another Code y su secuela, y también de Hotel Dusk. Again es similar en estilo a estos juegos (y también se sujeta la consola girada, como si leyésemos un libro), apareciendo el año pasado en Japón y en abril de 2010 en América.

Tecmo es el editor y ha asegurado que habrá lanzamiento europeo. No hay aún ninguna fecha confirmada así que mientras se deciden tendremos que jugar a la versión americana. Ya sabéis lo que eso significa: está totalmente en inglés. Ya veremos si acaba saliendo aquí y en qué idiomas vendrá.

Again es una novela interactiva en la que asumes el rol de un agente del FBI. Jonathan Weaver («J») fue de niño el único superviviente de una cadena de muertes cometidas por un asesino en serie conocido solo como Providence. Ahora, 19 años después, los asesinatos están volviendo a ocurrir. Providence vuelve a matar y J debe descubrir su identidad y detenerlo.

Acompañado de la agente Kate Hathaway y con la ayuda de otros personajes, ya sean policías, forenses o periodistas llegará al fondo del asunto, investigando los crímenes ocurridos en el pasado y descubriendo su relación con los actuales.

Pero J no es un agente cualquiera: tiene un don especial que le permite presenciar visiones del pasado. Cuando se encuentra en la escena de un crimen puede observar como era la situación en el pasado y compararla con el presente, ver qué ha cambiado y recrearlo para llegar a tener la visión completa.

Excepto por esta concesión al esoterismo necesaria para que funcione el sistema de juego planteado y que puedan hacer avances en la investigación sin necesidad de encontrar pruebas reales y válidas, el resto de la historia se mantiene en un plano más realista. Kate no tiene problemas en creer que J puede ver el pasado… pero hay que aceptar ese hecho lo antes posible y no airearlo demasiado no sea que nos distraiga durante el juego.

La historia es interesante y me ha enganchado de principio a fin. Aunque comienza un poco lenta mientras te van presentando a los personajes y las habilidades de J, poco a poco va cogiendo ritmo y consigue mantenerlo hasta el final, incluyendo un epílogo que no aporta nada a la historia pero que es necesario para el personaje de J.

El mayor problema que presenta la historia no es culpa del argumento, si no del propio juego: los personajes hablan con frases cortas y el diálogo es un ir y venir de intercambios entre ellos. El problema es que cada frase viene acompañada de una pequeña acción del personaje (echarse las manos a la cabeza, apuntar con el dedo, cruzarse de brazos… cosas así) que no duran más de medio segundo pero que para verlas tienen que «mover la cámara» de un personaje a otro, con el retardo que eso provoca.

Si no fuese por ese pequeño detalle la narración sería más fluida (en lugar de mover la cámara simplemente podrían mostrar al personaje) y quizá incluso acortaríamos un poco el tiempo de juego.

Las novelas interactivas son un género que no tiene muchos representantes fuera de Japón, y casi todos han sido hechos por Cing. Hotel Dusk estuvo bien pero a veces era difícil calificarlo como «juego», claro que la clasificación como novela ya debería darnos una pista del ratio entre lectura y juego. Con Again han conseguido un mejor equilibrio entre la narración y los puzles, y da una mayor sensación de estar jugando a una aventura más clásica.

Eso sí, los puzles no son difíciles. La mayoría de ellos los resolverás fácilmente y solo te atascarás en dos o tres, ya sea porque aún no te has hecho a la idea del control y lo que puedes hacer para resolverlos, porque los intentas hacer en el orden equivocado o simplemente porque son ingeniosos.

Pero no nos engañemos, no hay ninguno tan imaginativo como los de Another Code. Aunque uses el stylus para resolverlos moviendo objetos o simulando tareas varias no tendrás que hacer uso del micrófono, por ejemplo.

Los puzles están integrados perfectamente en la historia, ya que consisten en recrear el pasado en las escenas del crimen. J debe encontrar las diferencias, y al principio parece que estemos jugando a ese ya clásico juego, solo que en lugar de dos imágenes tenemos un entorno 3D.

Por suerte sabemos el número de diferencias a encontrar, ya que tenemos un número limitado de intentos. Si te equivocas demasiadas veces J se agotará mentalmente y se terminará el juego. La penalización no es muy grande, simplemente empezaremos desde el comienzo de esa escena.

Una vez encontrada una diferencia, J tiene que igualar la escena entre el pasado y el presente. Quizá haya una lámpara en el suelo y J tiene que tirar otra en el presente, o falta algún libro, o en el pasado había una colilla de cigarrillo de una marca que ya no se fabrica.

Esta última situación es un ejemplo de como va moviéndose la historia alternando momentos en los que tienes que investigar una habitación con otros en los que tienes que hablar con los personajes y sacarles información.

Los interrogatorios y otras conversaciones son bastante sencillas, ya que aunque a veces hay múltiples hilos de conversación normalmente puedes seguirlos todos, y si son excluyentes te guiarán hacia la respuesta correcta. Hablando con los testigos de los crímenes actuales y pasados puedes ir consiguiendo pistas para volver a la investigación y seguir descubriendo diferencias o avanzar un poco más en la recreación de la escena pasada.

Una vez lo tengas todo preparado tendrás la visión, en la que normalmente verás los últimos momentos de la víctima y quizá incluso la cara del asesino. Es una buena forma de conseguir pistas que tras 19 años serían imposibles de encontrar, y de quedar como un gran detective ante los ojos de tus compañeros y superiores.

Hasta el momento todo parece perfecto: una gran historia, puzles variados y continuos… y es cierto. Solo tengo una crítica que hacer a la parte de exploración, y es el control tan burdo que han implementado para moverte por los escenarios. Te desplazas con la cruceta, avanzando o girando. Pero no puedes moverte en diagonal o girar, tienes que pararte y elegir otra dirección. Está más o menos solucionado porque puedes girar con el stylus mientras andas, pero la velocidad de giro es tan baja que acabarás estrellándote contra una pared antes de haber conseguido cambiar de dirección. Por suerte es un pequeño defecto, y como los escenarios son pequeños no te molestará mucho.

Tampoco los gráficos son nada del otro mundo, siempre que hablemos de las escenas del crimen. La carga poligonal es ínfima y los gráficos no tienen casi nada de detalle. A veces confundirás un pegote de sombra por una mancha de sangre, por ejemplo, y te sorprenderá ver como pueden crear un sofá con tres bloques mal puestos y texturas planas.

Al menos el resto de gráficos está bien, con actores reales que han fotografiado y pasado por un filtro que les da un aspecto de «comic» similar a Hotel Dusk pero mucho menos exagerado, y a los que han capturado unos pequeños movimientos que hacen que sus conversaciones tengan algo de vida, aunque al cabo de poco tiempo comenzarán a repetirse excepto por gestos puntuales asociados a escenas concretas.

Los actores son completamente desconocidos. Buscando sus nombres no he conseguido llegar a descubrir ninguna información. El único que parece que haya tenido otro trabajo es Eric Bossick (J) que protagoniza la película japonesa Tetsuo, The Bullet Man.

El apartado sonoro es regular, con varios temas que escucharemos bastantes veces y que ofrecen una banda sonora que podría ser de una serie de suspense. Y no está de más la referencia, porque la historia está contada por capítulos, con algún pequeño cliffhanger (una escena que te deja en suspenso y de la que quieres saber como continúa) al final de cada uno para hacernos seguir adelante.

Y vaya si seguiremos adelante, durante las 10 horas que dura el juego y que se hacen muy cortas. Lástima que dada la situación actual de Cing quizá no haya continuación, porque es una de las mejores aventuras (con permiso de Phoenix Wright) que he tenido el placer de jugar en la portátil de Nintendo.