Es fácil pensar que El doctor Lautrec y los caballeros olvidados es una copia barata de los juegos del Profesor Layton, con ese nombre tan similar a cualquiera de la saga de Level 5 y más tras ver el trailer del E3 de 2011 con imágenes de puzles tentándonos, pero las apariencias son solo superficiales.

En realidad nos encontramos con un juego de puzles (de deslizar cajas, nada menos) con peleas entre «pokémons», que en este caso son los tesoros animados de los que poca gente parece conocer su existencia.

Mientras Layton es un hombre de mundo y todo un caballero inglés, el arqueólogo francés Lautrec solo vive para desentrañar misterios, y es incapaz de reconocer los sentimientos de su ayudante Sophie hacia él aunque el resto de personajes se de cuenta desde el primer momento y no paren de hablar del tema. Es increible que incluso siendo un protagonista adulto y supuestamente inteligente tengan que caricaturizarlo de esa manera, como si fuese el protagonista quinceañero del anime más tópico y aburrido del género.

El resto de los personajes no son mucho mejores y solamente destacaría a la interesante (pero poco usada) Milady, la misteriosa propietaria de Le Repaire, la taberna en la que se reunen todos los aventureros de París en busca de tesoros. Todo el juego gira alrededor de esta taberna, a la que Lautrec va a recoger los mapas de inimaginables tesoros y riquezas ocultas en los cientos de catacumbas que se extienden bajo París.

Aunque sería de esperar que los mapas sean antiguos y los tesoros centenarios, el juego está ambientado a finales del siglo XIX con una torre Eiffel en plena construcción, y pronto queda claro que los mapas son recientes (sobre todo porque muchos hablan de la Revolución, que acabó hace menos de 100 años). Un buen misterio con una resolución muy poco satisfactoria.

En realidad esa insatisfacción se filtra a todos los misterios de este juego: los mapas son en realidad acertijos, con frases y dibujos que intentan dirigirte hacia la entrada de alguna de las catacumbas. Como sería imposible esperar que fuésemos capaces de encontrar alguna relación entre una frase y algún lugar destacado (o no) de París, y menos aún con sucesos históricos o detalles intrascendentes, estos enigmas se solucionan al estilo «novela visual»: Lautrec y Sophie hablan un rato, presentan pistas y las seguimos hasta que llegan a la solución sin haber intervenido en absoluto.

La parte jugable durante esta fase consiste en movernos por un mapa aéreo de las calles de París, yendo a los lugares que nos indican con chinchetas para que salte alguna escena o nos digan que nos hemos equivocado de lugar. Las soluciones a veces son ingeniosas pero como no hemos intervenido en el proceso no sientes haber conseguido nada.

Una vez entras en la catacumba es donde el juego comienza a ser interesante. Estos laberintos no son muy grandes, con habitaciones llenas de guardias que se mueven en rumbos fijos y tienes que evitar que te detecten. Por lo visto a la policía no le gustan los aventureros y han conseguido infiltrarse en todas las catacumbas con tesoros, ¡menos mal que no se los han llevado!

Para complicar un poco las cosas dentro de una habitación los caminos pueden estar cortados o tapados con cajas, y como Lautrec no puede saltar necesitará moverlas para abrirse paso. Por suerte no es difícil deducir cómo tienes que colocarlas, el problema es conseguir que los guardias no te vean ya que tendrás que empezar de nuevo. También volverán a su posición original si sales de una habitación y vuelves a entrar, algo que me molestó mucho a lo largo del juego pero que entiendo el motivo, ya que si no sería muy fácil quedarse bloqueado sin posibilidad de continuar tras dejar una caja en una posición de la que no puedes sacarla. Aún así conseguí quedarme atrapado y tuve que recargar el juego una vez.

El laberinto puede tener varios pisos, cofres que abrir con gemas (que te servirán para experiencia, comprar objetos y en combate) varios tipos de enemigos y obstáculos (piedras rodando, flechas, fuego…) y puertas que abrir solucionando algún enigma.

Estos enigmas son la única parte del juego reminiscente del Profesor Layton, ya que se basa en resolver un puzle. Pero son tan básicos que casi no merecen ese nombre: buscar 1 o más diferencias entre dos fotos, colocar las palabras en un simple crucigrama, solucionar un buscaminas que oculta una figura o adivinar uno de los pasos de una secuencia son prácticamente todas las opciones que nos ofrece el juego.

Muchas se pueden solucionar por prueba y error si te quedas encallado, o gracias a las tres pistas que tienes a tu disposición. Si usas las pistas te bajará la calificación final, pero solo es necesaria para tener puntos para comprar objetos, y siempre tendrás de sobra.

Detrás de las puertas puede haber otra sección del laberinto o un tesoro animado que domar. La idea es debilitarlos quitándoles la suficiente vida para quedártelo y poderlo usar en combates posteriores, aunque a veces lo matarás sin querer. En ese caso sigue en tu posesión pero tendrás que reanimarlo con ayuda de objetos.

Las peleas podrían ser bastante interesantes pero acaban resultando tremendamente confusas. Aunque te van explicando las reglas poco a poco nunca parecen funcionar como crees.

Tienes que colocar tus tesoros sobre un tablero formado por pedestales, turnándote en tus ataques con el tesoro que pretendes domar. Cada uno tiene un tipo (terrestre, aviar, acuático, humanoide…) con sus debilidades y fortalezas contra otros tipos. Ataca con un tesoro del tipo adecuado y harás más daño a tu enemigo, si te equivocas harás muy poco daño y él te hará más a ti.

Esta es la parte básica del combate. Luego se complica un poco con vínculos entre pedestales, otros que aumentan el daño (cuando funcionan), un bono o penalización según coloques tus tesoros y el tipo que sean, casillas en las que solo puedes colocar un tesoro de un tipo determinado o solo en cierto número de turno…

Y mi favorito: las sinergias o ataques combinados. Puedes terminar el juego sin haber descubierto que existen, porque excepto un menú que siempre verás vacío no hablan de ellas hasta que no las descubres. Resulta que si llevas dos tesoros concretos, cuando colocas uno en un pedestal el otro comienza a brillar. Si lo colocas junto al anterior desencadenarán algún efecto especial, como triplicar el daño durante 3 turnos o simplemente desactivar los efectos de los pedestales.

Podrían ser útiles si te hablasen de ellos y te diesen más facilidades para conseguir las sinergias. Con un máximo de 3 tesoros que puedes llevar a un laberinto (más los que descubras dentro) es cuestión de suerte, o de entrar en un laberinto que tenga preparados 2 tesoros compatibles, el descubrir estos ataques y aún más encontrar alguno que merezca la pena.

Al final, he encontrado que el sistema de combate está muy desaprovechado, tanto porque es imposible hacer ninguna estrategia (o tienes tesoros con sinergias o irás siempre con los más poderosos) como por el hecho de que todas las peleas son iguales. El número de pedestales y su colocación puede variar, pero en la práctica no parece cambiar nada. Además, al final de cada laberinto tus tesoros reciben experiencia, pero subirlos de nivel (que es automático) es inútil ya que en laberintos posteriores encontrarás tesoros mejores y con mucho más nivel. ¿De qué sirve subir tu tesoro de nivel 3 a 4 cuando en el siguiente laberinto los premios son tesoros de nivel 10 y hacen 50 puntos más de daño?

El número de laberintos es bastante elevado (unos 50, pero cuando lleves la mitad ya podrías terminar el juego) y no se hacen pesados incluso con el problema de tener que comenzar de nuevo cada habitación cuando te pilla un guardia. Las peleas son sencillas (quizá esté hecho aposta) y excepto en algún momento concreto cerca del final no tendrás ningún problema para domar al tesoro. Además, Sophie siempre te dirá antes de comenzar si vas con buen nivel o no.

Si no necesitases recorrer unos cuantos laberintos para mejorar tus tesoros podrías acabar el juego en 10 horas, pero probablemente acabarás empleando el doble. Una vez termines el juego puedes continuar haciendo el resto de misiones, así que tienes juego para rato.

Si Konami hubiese promocionado el juego sin basarse tanto en las similitudes con la saga del Profesor Layton y destacando en cambio sus virtudes (que las tiene, no hay muchos juegos de este estilo hoy en día) quizá no habría decepcionado a sus compradores al encontrar un juego completamente distinto a lo que esperaban. Y más teniendo en cuenta que como juego cumple perfectamente, y la mecánica de laberintos y doma de tesoros acaba enganchando a poco que tengas un espíritu coleccionista. Es una lástima que no hayan sabido imprimir un poco de diversidad en su jugabilidad, ya que puedes acabar harto de repetir constantemente los mismos viajes por el mapa de París y los mismos sencillos puzles.

 

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