Análisis: Trinity: Souls of Zill O’ll

28 de abril de 2011 a las 9:49 am


Trinity: Souls of Zill O’ll es un juego basado en un universo ya existente: tiene una precuela llamada Zill O’ll que apareció en Playstation (y que luego fue vuelto a editar en PS2 como Zill O’ll Infinite y no hace mucho en PSP, todo en Japón). Aquel juego era un RPG más tradicional y también fue publicado por Koei.

Esta nueva entrega cambia por completo de registro gracias a la desarrolladora elegida. Omega Force es conocida por su longeva serie Dynasty Warriors. Han hecho todas las entradas de la saga en todas las plataformas posibles, así como variantes como Bladestorm, Warriors Orochi o los Gundam. En esta ocasión continuan en el género de peleas masivas que tan bien conocen y nos ofrecen un juego con ciertos elementos de RPG.

Trinity se desarrolla en un mundo en el que Balor es el emperador guerrero indiscutible y ansía dominar el resto del continente. Solamente se interponen en su camino dos pequeños inconvenientes: la profecía que dice que su nieto es el único que puede derrotarlo (lo que le hace matar a su hijo y a su mujer a punto de dar a luz) y que morirá como cualquier otra persona a menos que sea capaz de conseguir la immortalidad.

Estos dos detalles forman el esqueleto de la historia del juego: por un lado eres Areus, ese nieto que consiguió salvarse milagrosamente cuando Balor atacó a tu padre y ahora buscas venganza. Por otro, Balor está buscando la forma de hacerse inmortal y tienes que impedirlo. Sería difícil matarle en ese estado…


Cuando comienza la historia eres un guerrero haciendo combates en la Arena. Tu maestro te recomienda salir a ver mundo para mejorar en tu oficio y como persona, y gracias a eso encuentras a otros dos aventureros a los que te unirás. La historia es bastante predecible y lineal, pero hay un gran número de misiones secundarias.

El hecho de ser un semielfo y por tanto odiado tanto por elfos como por humanos permite hacer algunas aventurillas con un poco de moralina descafeinada, mientras el resto te acercará al mundo y a sus gentes, ayudándoles en sus tareas cotidianas (entregar cartas, buscar ingredientes de cocina) o no tanto (misiones de rescate, explorar nuevas zonas…)

Desde luego también llegarás a encontrar misiones con mazmorras secretas, monstruos más poderosos y recompensas jugosas.

A medida que se va desarrollando la historia se van abriendo nuevas localizaciones, tanto ciudades como todo tipo de mazmorras. Si solo te dedicas a llegar al final encontrarás que el ritmo es bastante bueno, haciendo misiones sin casi repetir cada uno de los mapas disponibles. Es cuando comienzas a hacer misiones para subir de nivel o conocer más a los personajes que tu interés puede llegar a decaer.

Y es que aunque en cada ciudad encontrarás nuevas misiones en el gremio de aventureros continuamente (porque son aleatorias e infinitas) y también en tabernas y otras tiendas, siempre consisten en lo mismo. Hay varios tipos (rescate, búsqueda de objetos, escoltas, caza de monstruos…) que usan las mismas localizaciones una y otra vez. Es más, lo normal es que el objetivo de la misión, aunque todos sean «distintos», esté exactamente en el mismo punto del mapa que el objetivo de una misión anterior. Eso hace que pronto acabes harto de realizar las misiones de gremio y te dediques a las que te ofrecen el resto de personajes, que aunque sean bastante similares al menos tienen una historia detrás que contar.

Y como buen clon que es de Dynasty Warriors, las misiones se resuelven peleando. Aunque las peleas no son tan multitudinarias como en dicha saga no faltarán enemigos a los que golpear repetidamente hasta que desaparezcan dejando detrás orbes de experiencia y habilidad.

Los enemigos más pequeños casi no merece la pena matarlos y están más bien como distracción para la peleas de verdad: monstruos más resistentes y que deben ser derrotados con ataques más potentes. El sistema de combate es bastante sencillo. Básicamente tienes un botón para saltar, otros para bloquear y esquivar y 3 de los botones básicos tienen mapeados cada uno un tipo de ataque según tus preferencias.

Irás consiguiendo y comprando habilidades, y cada una de ellas la podrás mejorar hasta 3 veces. Asigna cualquiera de tus ataques a uno de los botones para ejecutar ese golpe (puedes configurar dos conjuntos de ataques y cambiar entre ellos con solo una tecla) A partir de ahí ya puedes atacar y combinar los golpes entre los personajes, ya que puedes cambiar el personaje activo en cualquier momento y desde luego también en medio de un combo. La única restricción es que no puedes cambiar en mitad de una animación, y que no todas las habilidades se pueden encadenar.

No te preocupes porque tus dos compañeros te roben la experiencia. Sus ataques son exageradamente débiles y no puedes contar con ellos para matar a ningún enemigo a menos que estén a punto de morir o les dejes un buen rato por su cuenta. A cambio casi no sufrirán daño, lo que viene bien para cambiarte por otro cuando estés a punto de morir.

Sí que son útiles cuando te enfrentas a un enemigo mayor, ya que sus ataques pueden ser del elemento preciso para hacerles más daño. Con estos enemigos tendrás que esperar a que bajen la guardia al ejecutar sus ataques, momento en el cual saldrá una señal que te indica que tienes que acercarte a golpearle si es posible con el elemento al que sea más débil. Si lo haces así sufrirá más daño y se mantendrá en ese estado vulnerable más tiempo, hasta que puedas rematarlo con un «ataque trinity» que te asegura su derrota.

Siempre que golpees a tu enemigo irá subiendo una barra que te permitirá lanzar un ataque «soul burst» que deja vulnerable al enemigo, mata a los enemigos más débiles y te puede rellenar la vida y darte experiencia. Esto se aplica también a los jefes finales, y encontrarás muchos de ellos en tu camino. Básicamente tienes que esperar tu ocasión, esquivando sus ataques y golpeando aunque no le hagas ni cosquillas, para que cuando llegue el momento puedas desencadenar un ataque conjunto que le quite una buena porción de vida.


Si te gusta el combate de Dynasty Warriors y juegos similares te gustará este. No hay tantos enemigos, lo que es una buena noticia porque las mazmorras suelen ser espacios cerrados consistentes en pasillos y túneles. Hay algunos lugares realmente amplios, pero nunca llegan a estar llenos. En los espacios cortos es donde se nota lo mal que funciona el sistema de apuntado (lock-on) a los enemigos, ya que se puede fijar en uno que está tras el recodo del pasillo y por tanto no servirte de nada, o marearte al seguirlo mientras se mueve, porque la cámara no es capaz de mantener siempre una buena posición. Hay que decir que solamente tienes estos problemas con la cámara cuando no tienes espacio para moverte, en el resto de ocasiones funciona bien porque la puedes mover como quieras.

Para dar un poco más de variedad al combate han incluido la posibilidad de usar el terreno en tu beneficio. Quizá puedas inflamar los gases presentes para llenar de fuego la sala, o golpear el suelo para que caigan estalactitas del techo o a plantas para que suelten gas venenoso… Queda espectacular y puede vaciar una sala de enemigos en segundos, pero sin la satisfacción de usar tus propias manos.

Las peleas pueden ofrecerte buenas recompensas: los enemigos sueltan dinero y en ocasiones objetos que puedes equipar. Entre esos objetos, los que encuentras por las mazmorras y los que compras en las tiendas irás mejorando tu equipo como cualquier otro juego de saqueo.

Al principio te lo pasas bien equipando a tus personajes, mirando las habilidades que dan y las estadísticas que mejoran. Luego te das cuenta que los objetos se crean de forma aleatoria y que no hay mucha diferencia entre ellos. Es más, como el juego es tan fácil (solo hay dos modos de dificultad, normal y fácil) el equipo que lleves no es tan importante como debería. Con que mejores tu fuerza de ataque seguramente saldrás victorioso de cualquier pelea.

Y si mueres tampoco pasa nada. A menos que se mueran los 3 personajes a la vez revivirán al cabo de unos cuantos segundos, con un poco menos de vida pero dispuestos a seguir a tu lado. Si mueres la penalización tampoco es muy mala: comienzas al comienzo de la zona en la que estuvieses o de la pelea contra el jefe final en el que te atascases, así que normalmente habrás perdido muy poco tiempo.

Gráficamente no es muy avanzado. Suple con sus variados diseños todas sus faltas técnicas, pero a veces te gustaría ver esos escenarios con un poco más de detalle. Sorprende ver un juego hoy en día con tantas cinemáticas (que normalmente no usan el motor del juego sino que están grabadas) que contrastan luego con las típicas conversaciones entre personajes estáticos. Al menos el conjunto viene acompañado de una música épica que no cansará. Y todo en inglés, claro.

Al final, todo depende de lo que opines de los juegos de este tipo. Si te gusta enfrentarte a horda tras horda de monstruos que opongan poca resistencia te gustará este juego. Después de todo, prácticamente solo consiste en eso: horas y horas de peleas interminables (en mi caso 75 horas, pero puedes terminar la historia en 20 o 30) Las misiones son repetitivas, la historia no guarda ninguna sorpresa y conseguir habilidades y equipo nuevo acaba siendo necesario pero nada satisfactorio.

Su base jugable no será del agrado de todo el mundo y técnicamente es mediocre, pero yo he encontrado entretenido marchar alegremente por bosques, túneles y templos machacando goblins y esqueletos y sobreviviendo al ataque de medusas, quimeras y dragones.

 

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