Análisis: Furia de Titanes

2 de julio de 2010 a las 9:43 am

Furia de Titanes es el juego de la película del mismo nombre, aunque llega un poco más tarde y si la sabiduría popular es cierta debería ser tan malo como todos los que han venido antes que él y se han intentado aprovechar del tirón de una película, serie o libro.

Y sí, es verdad. Es tan malo como esperábamos. Pero no seamos injustos: no es un juego terrible, aún tengo pesadillas después de ver a Superman tropezando continuamente con los bordillos en Superman Returns. Furia de Titanes es simplemente… aburrido.

Ha sido toda una sorpresa, porque detrás del juego está Game Republic, y aunque Genji no sea el mejor juego de acción de la historia y tenga algunos problemas importantes sobre todo con la cámara, tenía un trabajo y un cariño que no se deja entrever en esta adaptación.

Supongo que es inevitable que un trabajo por encargo no saque lo mejor del estudio que lo realiza, pero de verdad esperaba algo más. En cambio, tenemos el típico juego oportunista bien hecho y con buenas ideas pero que no destaca en ninguna y no se deja disfrutar.

La historia parece seguir bastante fielmente la película, con algunos retoques y ampliaciones para hacerla durar más. Perseo, uno de los muchos hijos bastardos de Zeus tiene que enfrentarse a Hades para evitar que cumpla su amenaza de sacrificar a Andrómeda, hija del rey de Argos, al gigantesco monstruo marino Kraken al cabo de 10 días. ¿El motivo? Su negativa a adorar a los dioses. Y porque puede, claro.

Perseo, que acaba de perder a su familia adoptiva, decide ayudar como todo buen campeón de la justicia. Pero no es tan fácil: el rey no está convencido de que sea lo bastante fuerte como para enfrentarse al Kraken así que le encomienda una sencilla misión para comprobar su valía. Perseo sale airoso, por supuesto, pero el rey sigue sin estar convencido así que le encomienda una misión más. Tras finalizarla sigue sin estar convencido y…. ya sabéis como continua, ¿verdad?.

Misión tras misión Perseo tiene que convencer primero al rey, luego al jefe de la guardia, luego a sus soldados, luego a otros soldados… hasta que por fin nos permiten salir de la ciudad en busca del modo de detener al Kraken.

En nuestro camino atravesaremos diversos escenarios, encontraremos aliados y nos embarcaremos en más misiones sin sentido, intercaladas con alguna que avanzará la historia.

Todo el juego es una procesión de misiones, diría que todas obligatorias aunque el juego te sugiera lo contrario, con una duración típica de entre 5 y 15 minutos. Muchas de ellas son las ya clásicas misiones de limpiar una zona de monstruos, aunque tenemos algunas variaciones como derrotar a oleadas de monstruos hasta que te dejen continuar o llegar al otro extremo de la zona.

Ocasionalmente tenemos misiones especiales, como capturar a Pegaso o coger el ojo de las brujas. Y sobre todo, y más a menudo de lo que hubiese esperado, nos enfrentaremos a jefes. Hay de todo tipo aunque normalmente son monstruos mitológicos: minotauros, arpías, medusas o centauros comparten protagonismo con esqueletos, escorpiones y otros animales más terrenales pero no menos peligrosos.

Muchas veces puedes afrontar una de estas peleas con tu espada. Los jefes son duros pero acaban cayendo, normalmente mediante la inevitable secuencia QTE. En cambio otras tendrás que hacer uso de la magia y otros ataques especiales de las armas que vas consiguiendo y que puedes equipar como tu arma secundaria. Últimamente muchos juegos traen algún componente de recolección y personalización de armas, y en este caso es probablemente la faceta más interesante del sistema de juego.

La mayoría de los enemigos llevan armas y puedes arrebatárselas. Simplemente golpea hasta que salga una indicación de que puedes capturar su arma y entrarás en un minijuego en el que tienes que pulsar un botón en un momento dado. Es muy permisivo: simplemente tienes que pulsar cualquier botón cuando una aureola brillante aparece en pantalla, y repetirlo dos, tres o más veces, según la dificultad del enemigo. Si lo consigues le cogerás su arma, lo matarás y soltará un objeto. Si no te golpeará él a ti.

Si además de pulsar el botón lo haces en el momento justo (hay unas marcas concéntricas por las que pasa esa aureola, igual que los círculos de Lost Odyssey) tu enemigo además soltará algún objeto extra.

Con esos objetos podrás ir mejorando las armas que vas consiguiendo. Hay doce tipos de armas, varias armas de cada tipo y cada una tiene poderes distintos pero similares dentro de cada tipo. Así que tendrás martillos para romper rocas o lanzar enemigos al aire, espadas con ataques relámpago, arcos con los que puedes apuntar en primera persona, arpas que mejoran tus características, objetos de curación o que te permiten usar magia…

Y para mejorar esas armas necesitas los objetos que vas consiguiendo al matar enemigos. Las primeras son fáciles de mejorar, pero poco a poco se van requiriendo objetos cada vez más raros.

Para usar las armas especiales necesitas «almas», que consigues también de los enemigos. Cada golpe que das suelta una pequeña porción de almas, pero la forma más rápida de conseguirlas es extrayéndola de tus enemigos: ves golpeándolos para que se vayan «ablandando». Poco a poco irán cambiando de color para mosrar cuantas almas puedes conseguir si las extraes en ese momento. Si te esperas hasta el momento adecuado absorberás toda su alma y lo matarás.

El resto del sistema de combate es bastante típico, simplemente consiste de saltos, golpes básicos o fuertes y combinaciones de ellos, siempre con tu espada.

Han incluido también uno de los sistemas cooperativos más decepcionantes que recuerdo. A medida que transcurre la historia vas encontrando aliados que se unen a tu grupo y en ciertas misiones puedes elegir a alguno de ellos para que venga contigo a ayudarte. Aunque normalmente lo llevaría la CPU, si conoces a alguien que quiera jugar contigo puede pulsar el botón start en cualquier momento y comenzar a jugar.

Lo malo es que la pantalla no se divide así que tendréis que moveros por los límites de la pantalla. En mis pruebas además el segundo jugador se movía de una forma muy extraña sin responder bien a mis acciones. Quizá es porque llevaba un arma pesada, pero la experiencia no fue nada agradable.

Ahora debería hablar de los aspectos técnicos del juego, pero no hay mucho que explicar. Gráficamente no está nada mal aunque tampoco parece que hayan aprovechado la definición de las consolas y han usado texturas y efectos muy básicos y pobres. Algunos aspectos destacan como las caras de los personajes, pero el conjunto se ve ya obsoleto.

Al estar basado en la película y en la historia y mitología griega no es difícil que los diseños de los personajes y monstruos sean buenos, pero ahí se acaba todo. Los movimientos están bien, con una cámara que puedes mover a voluntad excepto en los escenarios entre misiones, donde se queja si la movemos demasiado y Perseo se mueve también como si estuviese clavado al suelo.

La banda sonora está bien, con varios temas que se van alternando en las misiones y que son lo bastante épicos (sin llegar al nivel de God of War) para meterte en la acción. No te aburrirás de escucharlos. Las voces en inglés no son de los actores originales pero también han hecho un buen trabajo. Al menos tenemos subtítulos en nuestro idioma.

La campaña de Furia de Titanes te durará unas 12 horas. Tras jugar dos horas estaba deseando que se acabase, pero a lo largo de sus más de 50 misiones encontrarás algunos momentos de diversión.

Cuando hayas terminado la historia aún puedes continuar. Mientras juegas vas desbloqueando desafíos que puedes encarar en cualquier momento, y que son algunas de las misiones del modo historia con pequeños cambios. A medida que vas superando los desafíos irás desbloqueando también las misiones del modo historia para poderlas volver a jugar y conseguir mejorar el rango que sacaste la primera vez.

Con todos estos desafíos podrás también conseguir los objetos raros que necesitarás para ir mejorando tus armas. Si este aspecto del juego te gusta entonces puedes llegar a disfrutar de este tramo final, ya que hay 20 o 30 misiones de desafío más y varias decenas de armas que mejorar. Quien no quiera pasar varias horas más buscando objetos entonces no tiene nada más que hacer. No hay modos de dificultad adicionales ni ningún material extra que desbloquear.

En definitiva, Furia de Titanes es otra adaptación de una película, con mejor suerte que muchas pero sin llegar al nivel de los ya clásicos juegos de acción que le sirven de referente. Es imposible recomendarlo pero se me ocurren juegos peores con los que pasar el rato, así que si por algún motivo te atrae no dejes que estos comentarios te echen atrás.

 

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