Análisis: Rooms: The main building

4 de junio de 2010 a las 9:43 am

Rooms: The Main Building es un juego hecho por Handmade Game y publicado por Hudson que sigue las bases de los puzles con piezas deslizantes, pero añade varias vueltas de tuerca para darle un poco de variedad.

Mr.X ha recibido una carta de su tío. Poco se imaginaba que al leerla iba a encontrarse atrapado en un extraño mundo con un libro parlante que aceptará ayudarle a salir. Pero para ello necesita recuperar las cuatro piezas perdidas de un puzle que se hallan repartidas por la calle del Hotel Rooms. El argumento es bastante psicodélico pero importa bien poco ya que es una simple excusa para presentarnos con unos cuantos puzles que resolver.

En sus niveles iniciales no tiene ninguna complejidad: los tableros comienzan siendo muy pequeños (quizá de 3 por 2) y sobre él se colocan varias piezas o «habitaciones». Normalmente se dejaría un solo hueco, pero en Rooms puede que haya tan solo la mitad de piezas de las que cabrían en la versión tradicional. Eso da juego para ir moviendo las piezas por el tablero y hacer uso de todas los recursos.

Mr.X comienza en una casilla del tablero y tiene que llegar a la habitación que contiene la puerta de salida. Para eso irá moviéndose entre las habitaciones, subiendo escaleras, vaciando el agua de lugares inundados… lo que haga falta para salir de allí.

No solamente puede mover la habitación por el tablero, también puede moverse él mismo a una habitación contigua siempre que no haya paredes por medio. Esto introduce una pequeña dificultad adicional, ya que normalmente podríamos mover las piezas a nuestro antojo pero en este caso solo podemos mover la pieza en la que nos encontremos. Si no podemos situarnos sobre la pieza que queremos mover, no podemos moverla.

Gracias a eso tienen más sentido las diversas ayudas que encontraremos en las habitaciones. Habrá escaleras para poder subir a la habitación de arriba o de abajo (si no solo podremos movernos horizontalmente), teléfonos fijos para teleportarnos estilo Matrix entre dos habitaciones y contando incluso con móviles que podemos usar desde donde queramos, puertas que comunican mágicamente dos habitaciones, puertas normales cerradas con llave o de un solo sentido, relojes que nos permiten girar la habitación, estaciones de metro que te transportan a cualquier habitación que se encuentre entre ellas (siempre que estén colocadas en una línea horizontal) y muchos otros dispositivos de ayuda. Como complicación adicional, algunos de estos objetos solo servirán para moverse en una dirección.

Al final irás moviendo las habitaciones y moviéndote entre ellas colocándolas en el orden correcto para llegar a la salida y poder ir a por el siguiente nivel.

Además de llegar a la salida tienes otro objetivo opcional. Las piezas de cada puzle tienen un lugar concreto y correcto dentro del tablero, que forman un fondo de algún lugar de la ciudad. La imagen de fondo no es importante, y siempre tienes la posibilidad de ver qué piezas están bien colocadas y cuales no. Una vez el fondo esté bien situado puedes estar seguro que la salida es accesible.

A veces pondrás el fondo en su sitio como paso previo a salir del puzle, pero otras veces la salida es fácilmente accesible y el verdadero desafío es colocar las piezas de forma correcta. Pero tampoco te preocupes demasiado, poner bien el fondo solo servirá para que se refleje en la lista de puzles completados con un color distinto.

Una vez completado el puzle pasarás al siguiente. Hay cuatro mansiones que tendrás que superar, cada una de ellas con 20 puzles. La mayor parte de ellos son sencillos en extremo, y no estarás más de un par de minutos para solucionarlos. Hasta que no llegues a la cuarta mansión no comenzarás a encontrar puzles realmente desafiantes, pero mientras tanto habrás tardado un suspiro en llegar hasta allí y estarás a punto de acabar el juego.

Hay dos formas en las que arañan unos minutos más de tu tiempo. La primera es un poco fea, y consiste en añadir animaciones a veces bastante largas cuando usas algún objeto. Los teléfonos son de las menos molestas, porque no es más que dos o tres segundos. Pero cuando uses el metro estarás mucho tiempo esperando a que se acabe la animación y poder seguir jugando. Menos mal que no han abusado de él.

La segunda forma es una sencilla aventura que ocurre entre puzles. Resolviendo los puzles de una mansión irás encontrando objetos. Estos objetos se los puedes llevar al libro para que te explique lo que son y qué parte de la calle abre. Quizá sea la llave de un hotel en el que hay un cofre dormilón. Entra allí y tendrás que conseguir despertarlo para que te de una de las piezas del puzle que te sacará de este mundo. Todo esto se hace con los objetos que encuentres, y se resuelve mediante una secuencia en la que puedes interactuar con el escenario (pocas veces es un lugar que ocupe más de una pantalla de la consola) y usar los objetos de la forma adecuada.

Esta aventura es seguramente lo peor del juego y se nota que la han hecho con el único objetivo de alargarlo ya que su existencia no tiene ningún sentido.

Una vez hayas acabado el juego y sus cuatro mansiones, aún puedes seguir jugando. Han incluido una mansión extra con 20 puzles de una dificultad mayor. Y no solo eso, hay un editor para que puedas crear tus propios niveles (hasta 10) y compartirlos con amigos. El editor es bastante completo y te deja crear tus puzles del tamaño que quieras y poner todas las habitaciones, trampas y ayudas que incluye el juego normal.

Gráficamente el juego está bastante bien, aunque todo parece un poco rígido y sin vida. En cuanto al sonido, la música y efectos sonoros están bien, pero son tan escasos que se repetirán demasiado. Además está en castellano, tanto la versión europea como la americana.

El juego ha salido para Wii y DS. Aquí he analizado la versión DS aunque se supone que la de Wii es igual, con la excepción de no poder compartir los escenarios que crees y que incluye un modo competitivo local para dos jugadores.

Handmade Game ha hecho por tanto un juego original que te entretendrá durante unas (muy) pocas horas. Quizá hubiese tenido un mejor resultado si se hubiesen centrado más en los aspectos de puzle y menos en la aventura y la «historia». Todos hemos hecho en algún momento de nuestra vida puzles deslizantes, así que a quien no le gusten este juego no le hará cambiar de opinión. A los demás, solo recordaros que tiene unas peculiaridades que lo hace distinto a los puzles deslizantes de toda la vida, y que la mayoría de las veces es tan sencillo que puede llegar a ser igual de divertido jugar con uno tradicional.

 

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