Análisis: Gray Matter

17 de diciembre de 2010 a las 9:48 am


La historia de Gray Matter se remonta en el tiempo hasta 2003, cuando Jane Jensen presentó en el E3 su nueva aventura gráfica tras el éxito cosechado por su trilogía de Gabriel Knight, cuyo última entrega había sido publicado en 1999. El juego acabó siendo cancelado y revivió unos años más tarde de la mano de dtp, que son los que han acabado publicándolo. Mientras, ha pasado por continuos retrasos debidos en parte a cambios en el equipo de desarrollo: de DreamCatcher a Tonuzaba, y finalmente a Wizarbox, a los que conocemos por su trabajo en Risen junto a Piranha Bytes y varias labores de programación en Ghost Recon Advanced Warfighter 2.

Gray Matter sigue la historia de Sam Everett, una maga que deambula por todo el mundo aprendiendo el oficio y sobreviviendo como puede. En uno de sus viajes pasa cerca de la localidad de Oxford durante una noche lluviosa, y la casualidad le lleva a un antiguo centro de investigación de «anormalidades cognitivas». Allí vive el doctor Styles, un renombrado académico e investigador que tras un accidente en el que murió su esposa quedó desfigurado, se apartó del mundo exterior y se retiró a vivir en su casa manteniendo el recuerdo de su esposa intacto, hasta el punto de pensar que podría llegar a recuperarla gracias al poder de la mente.

Sam comienza a trabajar para él con la intención de conseguir suficiente dinero para seguir su camino mientras intenta acceder al club de magos más prestigioso del mundo, pero ella y un grupo de universitarios se ven envueltos en un experimento de Styles que parece estar generando actividad paranormal en la universidad cercana.

El juego ha salido tanto para PC como para Xbox 360. En PC el esquema jugable es el que se ha usado siempre en las aventuras gráficas: con el cursor apuntas a los objetos que quieres investigar y el personaje se mueve hasta ellos e interacciona de la forma adecuada a lo que estés examinando. Puedes andar por el escenario apuntando con el cursor al lugar al que te quieres mover, y puedes usar y combinar objetos de la misma manera.

En Xbox 360 el control es un poco más raro. Puedes moverte libremente por el escenario, aunque el control extrañamente es tan malo que tropezarás constantemente contra algún muro invisible, deteniéndote. Al final acabarás andando pasito a pasito, hasta que encuentres zonas libres por las que sí puedes moverte bien. Al principio creí que tenía el stick del mando roto pero no era así.

Por suerte casi nunca hará falta que te muevas. El equivalente al point & click del ratón es la interfaz radial. Manteniendo apretado el gatillo aparecerá una rueda en la que hay marcados los puntos de interés más cercanos a tu personaje. Con el stick giras alrededor seleccionando lo que quieres investigar, comportándose así como si hubieras pulsado el botón del ratón sobre ese objeto.

Para los más puristas esto destruye el propósito de usar el ratón en primer lugar: en la rueda aparecen todos los objetos de interés, no tienes que buscarlos tú mismo, así que no te podrás dejar nada por investigar. Y como consecuencia desaparecerá parte de la dificultad que suele tener este tipo de juegos, que se basan en buscar ese objeto escondido en algún lugar de la pantalla del que solo puedes ver 3 pixels.

¡Pero eso no es todo! También hay una tecla (en las dos versiones) que te muestra todos los objetos que puedes investigar en la pantalla, por si acaso pensabas que la versión de consola tenía ventaja sobre la de PC.

Al menos esta ayuda no está siempre disponible. Hay ocasiones en las que miras de cerca algún punto del escenario, y en esos casos no hay más remedio que investigar a fondo moviendo el ratón (o el cursor con el stick) por toda la pantalla. Aunque por suerte o por desgracia el juego no es tan difícil como para que tengas problemas en encontrar todas las pistas por ti mismo.

A veces tus métodos para avanzar en la trama serán un poco más… mágicos. Como buena maga que eres tienes una gran cantidad de trucos a tu disposición. Desde juegos de mesa (adivina en qué cubilete está la moneda) pasando por trucos sencillos (coloca un imán bajo una taza para que no caiga la llave que contiene) a más avanzados.

Todos se ejecutan en momentos clave de la historia desde una pantalla especial en la que tienes que preparar tu truco. Consigue todos los objetos necesarios (de tu entorno o comprados en la tienda de magia de la ciudad) y luego revisa la secuencia de pasos que tienes que hacer para que el truco salga bien. Una vez lo tengas hecho ¡ejecútalo y sorprende a tu audiencia!

Jane Jensen ha creado varias de las aventuras gráficas más importantes de la década pasada, y una de las cosas que solían tener en común era la dificultad de sus puzles. Con Gray Matter ha intentado hacer una aventura más accesible para todo el mundo, rebajando bastante la dificultad y la absurdidad de algunos de los puzles de pasados juegos y consiguiendo que en su gran mayoría tengan detrás una lógica que no hará que te quedes encallado demasiado tiempo.

Incluso hay un diario en el que puedes releer todas las conversaciones que has tenido hasta el momento, lo que suele ser útil cuando no tienes muy claro qué hacer a continuación. El problema es que si tienes que volver a una línea de investigación que habías abandonado hace tiempo será difícil encontrar en el diario la información que buscas. Hubiese venido bien añadir un resumen de lo que está sucediendo.

La historia está dividida en capítulos y cada uno de ellos tiene una serie de objetivos que cumplir para pasar al siguiente. Solo las acciones de bonificación son opcionales, el resto tendrás que completarlos forzosamente. Por suerte los nombres de los objetivos te suelen dar una pista de qué puedes intentar si te quedas atascado, porque aunque los puzles suelen ser lógicos en cuanto te sientas perdido será difícil averiguar qué tienes que hacer a continuación. ¿Usar el móvil para llamar a una persona concreta? Una vez lo sabes lo ves obvio, pero seguramente hayas perdido bastante tiempo en darte cuenta de ello.

Naturalmente, todas las aventuras basan su duración en el tiempo que te quedes atascado, y Gray Matter no es una excepción. Puedes acabar el juego en 8 horas perfectamente (menos incluso si no te encallas nunca) pero seguramente te cueste más. Yo tardé 16 horas, nunca he sido muy sagaz y estos juegos se me resisten.

Mientras deambulas por ahí no podrás evitar fijarte en los gráficos. En una aventura es muy fácil crear escenarios con una buena resolución y todo lujo de detalles, ya que todo es 2D y no tienes que preocuparte por la calidad de las texturas, y en Gray Matter hay algunos lugares especialmente bellos. Además, aunque los escenarios son prácticamente estáticos el sol proyecta luces y sombras sobre todos los objetos, algo que se nota especialmente cuando los personajes están cerca de la pantalla.

Sus movimientos son con toda seguridad el punto más flojo del apartado gráfico, ya que aunque algunas animaciones están bien (por ejemplo, al correr) normalmente se mueven de forma muy rígida y artificial, y al manipular objetos o quedan mal en sus manos o simplemente son invisibles. Antes era algo normal, pero suponía que tras tantos años de experiencia ya lo habrían solucionado.

La historia se desarrolla mediante escenas principalmente estáticas, casi como si fuesen viñetas de un tebeo. No es que haga falta nada más elaborado, pero el estilo gráfico es más burdo en comparación al resto del juego y desentona bastante.

Un detalle que me ha gustado (aunque no tendría ni que nombrarlo) es que entre las opciones gráficas hay una para cambiar la proporción de la pantalla u «overscan». Cuando comencé a jugar estaba usando un 85% del total de la pantalla, lo que hacía que la zona de juego no rellenase por completo el espacio disponible en el televisor. Además de ver más pequeños los gráficos se veían muy reducidos los textos, y eso en un juego de este tipo no es buena idea. Aunque debería hacerse un ajuste automático (¿cual es el último juego en el que te ha pasado esto?) al menos te dan la opción de corregirlo.

Todos los textos están en castellano, con alguna traducción un poco rara o literal del inglés, aunque las voces están en inglés. Muy bueno el doblaje para todos los personajes, por cierto, aunque no lo escucharás sobre los efectos sonoros y la música de fondo como no cambies las opciones de sonido que vienen por defecto. La música de Robert Holmes (el marido de Jane Jensen) casa a la perfección con el ambiente del juego aunque acaba siendo bastante repetitiva, claro que tras tantas horas es normal que me lo parezca. Mención aparte merecen los temas lentos y acústicos compuestos por The Scarlet Furies, un grupo formado entre otros por Robert Holmes y su hija Raleigh, en el que ella es la vocalista y que se prestan a ser escuchados las veces que haga falta.

En resumen, un buen exponente de las aventuras gráficas con puzles poco enrevesados y concesiones a los jugadores que quieran adentrarse en un género que no pasa por sus mejores momentos. La historia es interesante, muy bien llevada y con diálogos que querrás leer. Aunque la versión de consola usa un interfaz distinto de la de PC las dos son buenas opciones, y además están a precio reducido (40 euros).

 

1 Comentario
  • Dibidibadiidibu
    25 de enero de 2016 a las 6:09 pm
    #1

    Qué gran juego… La verdad es que se nota el toque de una grande como Jane Jensen. Le fallan trazos como el control y más indicaciones sobre donde ir (Monkey Island por ejemplo te guía con pensamientos de Guybrush). Pero la historia te atrapa y no lo puedes soltar.

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