Análisis: Valkyria Chronicles

28 de septiembre de 2010 a las 9:47 am

Valkyrie of the Battlefield fue un juego publicado por SEGA un año después de la salida de Playstation 3. Desde las primeras imágenes se intuía que este iba a ser un juego con un estilo diferente. Esos gráficos que parecían pintados en acuarela despertaron el interés de todos, al igual que el hecho de ser un juego de rol de estrategia en un mundo actual y reconocible. Pero como suele suceder en estos casos, las ventas iniciales en Japón no acompañaron.

Lanzado unos pocos meses después en el resto del mundo y renombrado como Valkyria Chronicles siguió el mismo destino que en tierras niponas: todo el interés mostrado no se tradujo en ventas. Y es una lástima, porque Valkyria Chronicles es uno de los juegos más originales, divertidos y cuidados de los últimos años. Es toda una joya que no ha tenido su merecido reconocimiento comercial, y aún así SEGA no ha dejado de apoyar la saga con secuelas, animes y mangas.

La historia se desarrolla en una Europa parecida a la nuestra. Corren los años 30 y el continente está sumido en un conflicto entre el Imperio y la Federación, la Segunda Guerra Europea. Aunque Gallia intenta mantenerse neutral sus valiosas minas de ragnita acaban provocando su invasión por parte del Imperio. En una de las batallas las tropas imperiales llegan al pueblo de Welkin, hijo de un famoso general de la última guerra. Con la ayuda de Alicia, la capitana de la guardia del pueblo, consigue escapar de allí y acabará uniéndose al ejercito de Gallia.

La campaña narra las aventuras de Welkin, Alicia y el resto de su escuadrón, con sus problemas tanto militares como personales. Los conflictos entre los miembros del batallón, debidos sobre todo a la inexperiencia de Welkin y a la raza de su hermanastra Isara (los Darcsen son tolerados a duras penas por la población), son la base de algunos episodios que nos hablarán sobre la amistad y los prejuicios con un poco de moralina incluida, pero que no distraen del verdadero foco de la historia que es, desde luego, la guerra.

Aunque todo comienza de forma tradicional en un escenario que recuerda a la Segunda Guerra Mundial, pronto aparecen elementos fantásticos en forma de una misteriosa y letal valkiria que ayuda al Imperio y que tiene un poder sin rival, capaz de destruir tanques y batallones enteros sin ningún esfuerzo. A partir de entonces las cosas se les pondrán más difíciles a las fuerzas galias, y el escuadrón de Welkin se verá envuelto en una trama de miles de años de antiguedad con sorprendentes ramificaciones en la actualidad.

Si preferís vuestros juegos de guerra anclados en un mayor realismo no os preocupéis, ya que las tramas más fantásticas están relegadas a un segundo plano, pero que estará lo suficientemente desarrollado como para contentar a los que prefieran una historia fuera de lo normal.

Aquí lo importante son los combates entre escuadrones, y Valkyria Chronicles hace un gran trabajo en ese sentido.

La historia está compuesta por varios capítulos, cada uno de los cuales nos narra una parte de la guerra y en el que siempre habrá al menos un combate que tendremos que afrontar y superar con las menores pérdidas humanas y en el menor tiempo posible.

Cada misión tiene un objetivo y un escenario distintos. Pueden ser las callejuelas de un pueblo con tejados en los que se apostan francotiradores, el interior de una mina con ascensores por los que moverse entre los distintos niveles, un bosque de noche plagado de minas o una carrera para evitar que una enorme máquina de guerra llegue a la capital.

El escuadrón de Welkin está formado por un buen número de reclutas, pero en una batalla no pueden participar todos. En cualquier momento antes de cada combate puedes seleccionar tu grupo principal, de los cuales hasta 10 podrán estar activos durante la misión. Una vez eligas tus personajes y su situación en el mapa dentro de los puntos marcados en tu zona comenzará el combate.

El juego está dividido en turnos, que irás alternando con tu enemigo. En cada turno tienes una cantidad limitada de puntos de comando y que depende de cada misión y de los líderes que tengas en el campo, y con cada punto puedes seleccionar cualquiera de tus soldados (o alguno de tus tanques) y hacer alguna acción con él. El punto fuerte del combate es que el movimiento es en tiempo real y ves el campo de batalla a tu alrededor, a tus compañeros y a tus enemigos, descubriéndolos a medida que te acercas a ellos.

Sobre todo no te pongas a tiro: aunque sea tu turno los enemigos pueden actuar mientras te mueves y lo harán a la menor oportunidad. Vigila también porque tras cualquier esquina puede haber un soldado enemigo esperándote, o algún francotirador en la lejanía puede tenerte en su punto de mira. Siempre que haya algún personaje (amigo o enemigo) en tu campo de visión verás una línea que te indica donde está, y según su color sabrás si él también te está viendo o no.

No hay mucha variedad de tropas, pero son suficientes para montar estrategias variadas. Los scouts tienen un mayor alcance andando pero son débiles y los shocktroopers prefieren la potencia de fuego a costa de cubrir menos terreno. Los lancers disparan proyectiles muy efectivos contra los tanques, los francotiradores tienen muy poco movimiento pero lo suplen con la distancia a la que pueden disparar y acertar el blanco. Por último los ingenieros son unidades de apoyo a los tanques y lancers, aunque también saben manejar una pistola.

Aparte de estas cinco clases de soldado están también los tanques. Welkin lleva el Edelweiss, con una coraza resistente y armado con una variedad de armas. Protege las orugas del tanque, sin ellas no podrás moverte y serás un blanco fácil.

Al principio de cada uno de tus turnos verás una vista aérea del mapa en el que te encuentras con la posición de tus soldados y de los enemigos que has visto. Esto te servirá para planear tu próxima acción, algo que resulta muy importante ya que el principal objetivo en Valkyria Chronicles no es acabar las misiones derrotando a tus enemigos de la forma más concienzuda si no cumplir el objetivo de tu misión lo más rápido posible.

De esta forma el juego se podría equiparar a un puzle. Partiendo de la posición inicial tienes que terminar en el menor número de turnos posible, sabiendo que los enemigos están siempre colocados en el mismo lugar, que tus acciones provocan una reacción similar en el enemigo cada reintento de la batalla y que tu contrincante hará siempre, al menos el principio y si no los interrumpes, las mismas acciones.

Acabarás repitiendo varias veces muchas de las misiones. Al principio son sencillas pero luego los objetivos, el número y la fuerza de los enemigos o los escollos en el mapa son cada vez mayores y más complicados. Gracias a repetir una y otra vez una misión aprenderás donde están situados los enemigos, qué unidades tienes que usar en esa batalla específica y cual es la forma más óptima de emplear los primeros turnos de la reyerta. A partir de ahí tu intuición, suerte y una evaluación correcta de la situación será la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Yo encuentro todo un acierto esta forma de plantear el sistema de combate, aunque seguramente los fans de la estrategia más pura lo encontrarán demasiado descafeinado y previsible. Para amenizar un poco las batallas entran en juego otros aspectos bastante singulares: Welkin puede dar órdenes a miembros específicos del batallón (mejorar la puntería, la defensa…) o incluso a todos a la vez. Cada personaje tiene unos potenciales que mejoran o empeoran sus habilidades y que se van manifestando de forma aleatoria o cuando se cumplen ciertas condiciones (estar en el desierto, entre plantas, cerca de amigos) y además todos tienen afinidad con ciertas personas de su grupo, y serán más eficaces si están juntos.

Si añadimos a eso el fuego cruzado de cobertura, los ataques aéreos, la facilidad de ocultarse entre la hierba o tras sacos de arena u otros objetos, los ataques por la espalda y las diferentes armas que puede llevar cada miembro del escuadrón, las posibilidades se multiplican.

Naturalmente cuando estamos en el cuartel también tenemos muchas cosas que hacer: podemos entrenarnos para subir de nivel cada clase de personaje (cuanto más rápido acabes las misiones más experiencia y dinero conseguirás), hacer misiones personales con varios de los miembros del escuadrón que desarrollarán un poco sus historias, o simplemente escaramuzas que te dan más experiencia y dinero, ver tus condecoraciones o mejorar tus armas y equipar el tanque.

La experiencia de jugar Valkyria Chronicles es inolvidable. El sistema de combate, los personajes carismáticos aunque un poco típicos, el magnífico apartado gráfico con un cell shading pintado a acuarela que le otoroga un estilo nunca visto o la banda sonora que nos sumergirá en las películas bélicas de antaño.

Como punto negativo podríamos mencionar el que haya llegado totalmente en inglés, aunque sería imperdonable dejarlo pasar solo por eso.

La duración también es más que aceptable. La primera partida puede durar unas 30 horas, y como seguramente no habrás terminado todas las misiones con el mejor rango podrás seguir intentando mejorar tus tiempos. Así además podrás ir consiguiendo todas las condecoraciones que te dan por realizar ciertas acciones durante las batallas o al conseguir otros objetivos.

Termino este análisis diciendo algo que creo que no he podido ocultar: me gusta Valkyria Chronicles. En una época en la que es difícil encontrar un juego original y diferente, que todas las compañías se escudan en las secuelas y en la que los juegos de rol japoneses comparten cada vez más la misma estética es agradable encontrarse con obras que destilan tanta calidad como este juego de SEGA.

 

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