Análisis: Hyperdimension Neptunia

26 de mayo de 2011 a las 9:49 am


Gamindustri no pasa por sus mejores momentos. Los monstruos campan a sus anchas cerca de las poblaciones y la gente está aterrada. Pocos héroes se atreven a enfrentarse con ellos, y lo dejan todo en manos de las cuatro diosas que tampoco es que estén por la labor de ensuciarse las manos. Aunque su hogar está en Celestia, cada una de ellas rige una de las cuatro masas de tierra en las que se divide el mundo:

Planeptune, un lugar con grandes ingenieros y avances tecnológicos importantes. Lastation, lleno de factorías trabajando a pleno rendimiento (algunas personas incluso tienen dos trabajos). Leanbox, un mundo medieval que no cesa de progresar y al que se muda a vivir la gente con dinero. Y por último Lowee, cubierto de nieve y arco iris, y cuya diosa no se preocupa del bienestar de sus súbditos.

Al comienzo del juego tres de las diosas se han unido para echar a Neptune de Celestia y Planeptune se ha quedado sin su diosa. ¿Os imaginais de qué consola estamos hablando? Quizá no sea casualidad que SEGA distribuya el juego.

Neptune acaba cayendo del cielo y el tremendo golpe la deja amnésica (más tópico no podía ser). Transformada en una adolescente deslenguada y con un estómago sin fondo (vaya, más tópicos) se encuentra a Compa, una estudiante de enfermería que la cuida y que acaba yendo de aventuras con ella.

Pronto reclutan también a IF, otra jovencita indpendiente y con gran habilidad en combate y las tres se embarcan en una misión que las llevará a buscar los cuatro fragmentos de una llave que liberará a «Histy», una voz que solo Neptune puede oir.

Hyperdimension Neptunia ha sido desarrollado por Idea Factory, una compañía que lleva bastante tiempo en esta industria haciendo RPG tácticos pero que nunca ha conseguido crear uno que sea un éxito de crítica o ventas. Y me temo que con este tampoco van a lograrlo.

No es casualidad que más que la calidad técnica o la profundidad del sistema de combate, el marketing (o más bien el boca a boca, que es más barato) se haya centrado en la osadía de plasmar la guerra de consolas en un juego y la cantidad de chistes y referencias a los clásicos (clásicos de este mundillo, claro)

Y es que la gente puede adorar únicamente a la diosa de su mundo, y tachan de hereje a quien prefiera a otra. Y no paran de salir referencias a juegos como Cogs of Battle (perdón, Gears of War), un soldado de Team Bravo enfrentándose a perros zombies, un programador que quiere crear un juego de rol tan influyente como GG7 (o al menos como GG10), una tortuga gigante llamada Wowser que atemoriza con sus saltos inhumanos pero que al menos con su aliento de fuego hace unos excelentes champiñones a la parrilla, una princesa Pear que intenta dejar a su novio de toda la vida…

El sentido del humor es excelente y es complementado por el excepcional doblaje de todos los personajes, y aunque el título haya venido completamente en inglés en este caso no lo veo un punto en contra. Las tres jóvenes protagonistas viven la aventura de sus vidas, y son acompañadas por otras dos compañeras más (la alquimista Gust y la heroina Nisa, igual que las editoras que colaboran también en su distribución) que suplen con buen ánimo y gran voluntad su claramente plana anatomía, algo que no cesan de recordarles todos aquellos que encuentran en su misión.

Y si las voces son excelentes no podemos decir lo mismo de su música. No hay mucha variedad y son temas normalmente insípidos y poco trabajados, cuando no intencionalmente cómicos. Algunos temas se salvan y son un poco más serios, principalmente en las escenas importantes, pero son los peores los que se repetirán constantemente.

Acompañan perfectamente en calidad a los gráficos estáticos durante los diálogos (no hay ni una sola escena en movimiento) y a la recreación de las mazmorras y otros lugares y a las (escasas) animaciones de personajes y monstruos.

Si os parece que exagero porque la imagen siguiente parece razonablemente bien hecha, debo decir que he buscado el único ejemplo que destaca sobre el resto para evitar que os asusteis viendo los gráficos reales del juego.

Naturalmente no hay ciudades (cuanto daño ha hecho Final Fantasy XIII) y todos los accesos a las misiones se hacen desde una pantalla con una lista de opciones para comprar y explorar desde la que puedes elegir qué misión hacer.

Todos los gráficos parecen de PS2 reescalados, con la carga más mínima de polígonos que han podido conseguir, y lo único que hay en alta definición «real» son los decorados fijos que podemos ver durante los diálogos. Hay muy pocos escenarios que se salven de la mediocridad, y seguramente los mejores efectos los han reservado para los ataques especiales durante el combate.

Lo mejor que puedo decir del combate es que una vez lo dominas no encuentras desesperante enfrentarte continuamente con enemigos. Y esa es una gran alabanza en un juego de rol, en el que gran parte de tu tiempo lo pasarás en combates aleatorios. Por suerte estos son bastante infrecuentes (quizá uno cada 10 segundos) y además tienes la opción de enfrentarte a unos cuantos enemigos seguidos para que dejen de aparecer durante un tiempo.

El sistema de combate está basado en turnos y cada personaje ataca en un orden visible en pantalla. Esto te permite concentrarte en algún enemigo para intentar matarlo antes de su turno y poder seguir atacando, y decidir si puedes darlo todo en tu ataque o tienes que reservarte para la defensa.

Cada personaje tiene puntos de acción que puede gastar exclusivamente en los varios tipos de ataque. Hay 3 botones de ataque (con arma, con el puño o a distancia) y uno de defensa. Al principio simplemente puedes encadenar 4 ataques seguidos pero pronto te permitirán encadenar los ataques para formar combos.

No es que hagan un buen trabajo de explicártelo todo bien, pero las páginas de ayuda están ahí para que las mires cuando quieras. Examina bien la hoja de tu personaje, porque si no te pasarás varias horas como yo, haciendo el ataque básico de 4 golpes y agobiándome cada vez más por lo lento y largo que resultaba todo y lo difícil que era matar hasta a los enemigos más débiles.

Encima, aunque hay 3 niveles de dificultad, la diferencia entre ellos es la cantidad de daño que hacen tanto tus personajes como los enemigos. Así que ponerlo en fácil quiere decir que te harán menos daño, pero tú también lo harás y las luchas serán más largas. Ponlo en difícil e inflingirás una gran cantidad de daño, pero tendrás que elegir bien cuando defenderte para que los enemigos no barran el suelo contigo. Así explicado tiene sentido aunque es completamente distinto del planteamiento de la mayoría de los juegos.

Al final, si no quieres aburrirte en los combates necesitarás dominar el sistema de combos. Al subir de nivel vas recibiendo nuevas habilidades, que gastan más puntos de acción y hacen más daño. Al final de cada combo puedes sustituir un golpe normal por uno de estos ataques, que puede llevar asociado daño elemental, propinar un mayor número de golpes, ser un ataque a distancia o mágico… Y además pueden tener dos características principales más: Combo Link y Switch.

Con un ataque Combo Link puedes encadenar un combo con el siguiente, sin detenerse el número de golpes consecutivos, y con uno Switch sustituirás al personaje que lo ha hecho con el que tenga detrás suyo en la formación, atacando como si empezase su turno.

Además Neptune tiene un ataque especial, Transform, que le permite transformarse en la CPU de su consola. En esta forma de diosa tiene otras características que se pueden subir independientemente de su forma normal de niña.

Al subir de nivel vas consiguiendo nuevos ataques y otras habilidades, algo que no cesará hasta que no termines el juego. Eso sería una gran noticia si realmente hubiese diferencias notables entre ellas, pero en la práctica son más de lo mismo pero con otro nombre y ataque elemental. Hay una excepción, claro, y es el ataque Neptune Break que consigues con nivel 20 y que creo que es el único que permite atacar a varios enemigos a la vez. Con este ataque los combates irán más rápido y aunque es increiblemente caro en puntos de acción merece la pena usarlo siempre que puedas.

Ya solo nos falta hablar del uso de objetos. Y hay que comentarlo porque se manejan de forma distinta a la mayoría de juegos. Aquí no los usas cuando te parece bien, si no que configuras el uso de las «habilidades de objeto» según la situación. Si estás luchando contra un enemigo que golpea muy fuerte y te puede quitar casi toda la vida en un turno, configurarás alguna habilidad que se active en caso de que tengas menos del 15% de vida, por ejemplo. Si quieres revivir a un personaje tienes que configurar otra habilidad. Lo mismo para recuperarte de estados, curar a todo el grupo en situaciones varias…

Además cada habilidad tiene un porcentaje de éxito, que puedes modificar según tus puntos y tus preferencias. Así, puedes poner al 100% la habilidad de resucitar para asegurarte que se lance, o al 50% alguna de curación que no te importe demasiado.

Todo el sistema de combate está pensado para parecer complejo, pero en realidad nunca lo aprovecharás al completo porque no es necesario. Aunque te permiten configurar todos los combos de ataque posibles (puedes mapear cada tecla al ataque que quieras) y asignar porcentajes de uso a las habilidades de objeto, las afecciones de estado no son molestas y casi no te dan más opciones que curarte o revivir. Y en combate todos los ataques prácticamente hacen el mismo daño, y el resto son tan buenos que los elegirás por encima de cualquier otro. Al final tendrás 3 o 4 ataques que no cambiarás nunca más por muchas alternativas que busques.

Como decía antes, aunque el combate acaba siendo repetitivo y con pocas opciones no te aburrirá pelear. Todo lo contrario que los paseos por las mazmorras, que por suerte son bastante pequeñas. Lo malo es que hay unas pocas que se repiten continuamente y que visitarás una y otra vez durante las misiones, que para rematar son siempre del mismo tipo: llegar a la salida, encontrar al jefe final o matar a un cierto tipo de monstruos.

El juego es una sucesión de misiones intercaladas con los divertidos diálogos de Neptune y compañía. Las misiones secundarias están sobre todo para subir de nivel y para poder pasarte horas al acabar el juego repitiéndolas una y otra vez hasta que te dejen intentar reclutar a las diosas de cada tierra para tu grupo.

Si te gusta el juego será únicamente por los personajes, que son bastante típicos (pero en esta ocasión podemos pensar que lo han hecho expresamente), y por los guiños continuos a otros juegos. El resto no es que sea malo… simplemente es algo que ya hemos visto cientos de veces en los RPG japoneses más mediocres, entre los que podríamos incluir también este Neptunia.

Pero muy mal no deben haberlo hecho, ya que está anunciada la salida en Japón este mismo agosto de la segunda parte. Si sale en occidente ya os contaremos si mejora lo visto en este título o no. Sí, me he quejado de su calidad pero lo compraré igualmente. Es lo que tiene ser un fan incondicional del género. Si tú también lo eres, cómpralo y no te arrepentirás. Si tu interés es menor evítalo, hay juegos mejores.

 

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