Análisis: Valiant Hearts, The Great War
Hay cientos de juegos basados en la Segunda Guerra Mundial, que suelen abogar por el realismo mostrando armamento real y situaciones de valentÃa personal frente a enemigos genéricos. La mayorÃa de estos juegos parecen más interesados en enaltecer la guerra y la violencia que en mostrarnos las barbaridades que se pueden llegar a cometer, y nos hemos acostumbrados tanto a verlo que ya no nos afecta. Valiant Hearts opta por enseñarnos los horrores de la guerra y el desamparo de los soldados que luchan en ella, pero en un entorno menos trillado: la Primera Guerra Mundial.
Tampoco hay que pensar que es un juego deprimente, nada más lejos de la realidad. Aunque los protagonistas son soldados o enfermeras, el trasfondo es de optimismo: Emile es un padre francés que lucha por volver a ver a su familia. Karl, su yerno alemán que ha sido deportado a Alemania y alistado bajo las órdenes del barón Von Dorf, lucha por lo mismo pero en el bando contrario. Freddie es un americano que quiere vengarse de los alemanes por matar a su mujer durante un bombardeo y al conocer a Emile se hace rápidamente amigo suyo. Anna es una enfermera que está buscando a su padre prisionero de Von Dorf. El grupo lo completa Walt, un perro de rescate que los ayuda en todo lo que puede.
La historia comienza al inicio de la guerra, y culmina poco antes del final de la guerra con la conclusión de las aventuras de los tres amigos. A lo largo de sus cuatro capÃtulos vamos viendo como son alistados, participan en cada una de las batallas más importantes y terrorÃficas de la guerra, son separados, capturados, obligados a presenciar incontables muertes y sufrir lo indecible para volver con sus seres queridos.
Jugablemente es una aventura con pequeñas dosis de acción, algunos puzles y muchos coleccionables que, si los lees, te contarán detalles de la guerra que te pondrán los pelos de punta, como la vida en las trincheras, las decenas de miles de muertos que dejaban cada batalla o la soledad de los soldados en el frente, con cartas de ambos bandos a sus familias. Han incluido también alguna pequeña historia del papel de España en la guerra, que me ha sorprendido aunque supongo que han hecho lo mismo en cada paÃs que han editado el juego, ya que realmente no tuvimos mucho que ver.
Es una buena idea que hayan planteado el juego como una aventura gráfica ligera, y aún asà hay momentos en los que la guerra toma el primer plano: los campos llenos de cadáveres, ciudades en llamas, tanques y aviones bombardeando edificios y barracas, y tus compañeros muriendo a tu alrededor mientras avanzas para capturar una posición enemiga.
Es en ese tipo de escenas donde se ve la crudeza de la guerra, por más que hayan usado una estética reminiscente del cómic clásico europeo. Aunque hay rastros de caricatura en los personajes y a veces dan la impresión de ser un poco impersonales, es el escenario que los rodea lo que les confiere un mayor dramatismo. No hay voces excepto los lamentos de los heridos y las interacciones con el perro, o en la exposición del narrador en algunos momentos del capÃtulo (en castellano, como todo lo que hace Ubisoft).
Tampoco son necesarias: cuando avanzas bajo el fuego enemigo solo importa el sonido de las bombas y las balas silbando a tu alrededor, y lo único que quieres es encontrar un lugar en el que guarecerte. Cuando estás en tu cuartel o infiltrado en una fortaleza enemiga solo obtendrás órdenes de tono seco, representadas por una pequeña imagen explicando lo que se espera de ti, ya sea una flecha con la dirección en la que tienes que ir o un objeto que les tienes que entregar para que te dejen pasar.
Las partes de acción son bastante lineales y sencillas, y consisten en avanzar buscando zonas seguras esperando el momento que las ametralladoras se paran para recargar. Si has conseguido un tanque también puedes disparar a los aviones que se aproximan, y disparar a todo lo que tienes delante para abrirte paso. Mención especial para las fases con el taxi de Anna, en las que tienes que esquivar coches enemigos, bombas, bloqueos, disparos desde aviones… al ritmo de alguna sinfonÃa clásica.
La mayor parte del tiempo la pasarás sin embargo en zonas más tranquilas en las que tendrás alguna misión u objetivo, ya sea llenar de dinamita un túnel o buscar supervivientes en algún pueblo. En estos momentos se muestra la parte de aventura, en la que tienes que encontrar los objetos que te piden o que necesitas para abrir una puerta, colarte en una sala de oficiales o hacer el rancho para el pelotón. Abusan un poco del uso de palancas y ruedas para abrir puertas o mover cestos y vagonetas, y la ayuda del perro es necesaria en muchos casos para llegar hasta lugares demasiado pequeños para ti, para accionar alguna palanca que te permitirá acceder a algún sitio que estaba antes bloqueado o para rescatar a vÃctimas de zonas llenas de gas, que comenzó a usarse en esta guerra.
También puedes lanzar objetos, normalmente bombas o cartuchos de dinamita, a veces de forma directa (para detonar una piedra que te impide el paso, por ejemplo) y otras con un poco de pericia (colarlas por algún agujero o en una cesta para que acaben explotando donde te interesa). En ocasiones hay puzles más tÃpicos, como mover las tuberÃas para que pase el agua donde la necesitas, asà que en conjunto Valiant Hearts es principalmente una aventura gráfica con un trasfondo diferente.
Me sorprendió este hecho, ya que antes de jugar pensaba que serÃa un juego más serio y más centrado en darnos una clase de historia sobre la Primera Guerra Mundial. Y aunque esta faceta está presente si lees las historias de los coleccionables, lo han sabido combinar perfectamente con una aventura que es agradable de jugar y con personajes cuyas penurias te llegarán al corazón.
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