Retomamos la historia donde la dejamos en el artículo anterior, con un misterio que resolver y una oportunidad para seguir explorando. Realmente, es asombroso como puede haber un árbol tan grande cruzando los metros y metros de abismo que separan el Gran Cañón de la montaña Gendarme. Sahad está acostumbrado al mar, no a las alturas. Por suerte no podemos caernos mientras cruzamos, cosas de las barreras invisibles que pone el juego.

Pues ya estamos al otro lado. Misterio sobre misterio, las ramas del árbol tienen una extraña forma de serpiente con cabeza de dragón, y esta especie de árbol (biológicamente hablando, no por sus características que quizá solo le veo yo) se extinguió hace miles de años, según dice Laxia. Y otro misterio más… ¿qué es ese dragón gigantesco que sobrevuela el árbol? Menos mal que se ha alejado.

En realidad es un pterosaurio, parte de las Especies Antiguas que parecen habitar la isla. Adol piensa que es todo muy excitante… o que hay que ir con cuidado. La verdad, si tengo que elegir (y como es una opción entre dos comentarios posibles de Adol, sí tengo que elegir) me inclino por ir con cuidado.

El camino es igual a todos los que ya he visto antes… un sendero que serpentea por la ladera de la montaña y que me lleva cada vez más arriba. A mitad de la subida encuentro en un cofre una semilla gigantesca, un regalo para Little Paro cuando lo vuelva a ver. Desde aquí se ve perfectamente el otro lado de la isla, con el árbol, las chimeneas, la cascada… una vista preciosa que tengo que enseñar.

Hay una vista mucho menos preciosa y es la de los dinosaurios que rondan a sus anchas por esta zona. Son Meraldias, aunque parecen triceratops con caparazones llenos de cuernos. Y aunque tiene algunos niveles más que yo intento derribarlo… y lo consigo, pero se vuelve a levantar. ¿No me da PX, me ha hecho un montón de daño y tengo que volverlo a derrotar? Mejor me voy corriendo y paso de ellos, seguro que tendré otra oportunidad de derrotarlos.

En cuanto llego a la siguiente zona ya se ha hecho de noche y decidimos montar un campamento para descansar. Allí hablan de lo difícil que están encontrando esta incursión… las bestias son más resistentes de lo que esperaban, y las armas que les había preparado Catherine no son suficiente para derrotarlas. A partir de ahora seguirán adelante pero con cuidado de no enfrentarse a las especies antiguas. ¿Qué sentido tendría, si son invencibles?

Volvemos con Dana, que también está preocupada. Pero en su caso es por la premonición que tuvo durante la ceremonia en la que encontraba todo sumergido (no quedaba muy claro por las imágenes pero me tendré que fiar de ella) Está en sus aposentos, gigantescos y de techos altísimos pero muy frugales (una cama, una librería que esconde un pasadizo secreto para poder escaparse sin que la vean y poco más) cuando aparece Sarai, que viene a despedirse. Estaba convencido de que tanto Olga como ella se quedarían a su lado, pero su familia le ha pedido que vuelva y no puede negarse. Como regalo de despedida le obsequia con unas espadas, unas hojas en forma de media luna hechas con oricalco, el metal conocido más resistente y que han extraído de un estrato de roca que sobresale cerca del Gran Valle. Ese oricalco es tan puro que es capaz de derrotar a las especies antiguas. Estupendo, seguro que cuando Adol despierte recordará las direcciones que ha dado y podrá ir a buscarlo él también para que Catherine haga armas que puedan matar a los dinosaurios.

Dana no ve bien aceptar un regalo tan importante, pero Sarai insiste. Los ha mandado hacer para ella, y de todas formas nadie más podría usarlos por que están pensados para alguien de su diminuto tamaño. Ya se notaba cuando Dana estaba junto a otras personas que es más pequeña de lo normal. Pero es que todo el mundo parece más pequeño de lo normal comparados con los edificios en los que viven. Es todo muy extraño.

Sarai se despide pidiéndole a Dana que sea «ella misma». ¿Es este el tema del juego? Lo repiten constantemente, Sahad es fiel a sus principios, Laxia debería serlo para ser feliz, Dana también… lo sabremos cuando llegue el momento de escuchar el discurso final del enemigo final y la contestación del grupo, como es normal en todos los JRPG.

Ya es de día y tendríamos que comenzar a escalar la montaña, pero no hace falta porque junto al campamento está la entrada a una cueva por la que podremos comenzar a ascender. Dentro hay varios tipos de serpientes de 5 o 6 niveles más que yo, pero fáciles de derrotar, algún dinosaurio más que intento esquivar y escorpiones gigantes (zaspiones) que sí presentan problemas, como los cangrejos del bosque de coral. La cueva es pequeña y pronto salimos al exterior de la montaña, pero en ese momento Little Paro nos avisa para volver al poblado y ayudar en una intercepción.

Volvemos rápido y nos enfrentamos a bestias marinas (cangrejos y demás) de nivel 32. Otra vez más niveles que yo, tendré que ir pensando en subir de nivel pronto. Y más me vale hacerlo ya, porque en la última oleada me matan y no puedo completarla. Por suerte no importa, aunque no me den ninguna recompensa al menos puedo continuar la historia. Dogi en cambio sí me da algo, unos guantes con defensa +30 y vida +300. Desde luego, me vendrán muy bien. Y Miralda ya está mirando los restos de las bestias para ver cómo puede cocinarlos para la cena.

De vuelta en Gendarme tengo que volver a atravesar la cueva, pero esta vez rebusco bien por ella y encuentro un cofre que tiene semillas de paprika, que le daré a Reja para que las plante en el huerto cuando vuelva. Al lado hay otro árbol seco que puedo tirar para hacer un puente entre la entrada de la cueva y la parte final, y poder evitar enfrentarme a la mayoría de enemigos.

Al llegar al exterior compruebo que este lugar cuenta como un dungeon y no recupero vida quedándome parado. Una lástima pero ya me lo suponía. Cerca hay otro cofre con un mensaje de «T», que se ha encontrado por avatares de la vida en esta montaña y encontrado cada vez más especies de antiguas. ¿Qué significa esto, qué es esta isla y por qué siguen existiendo bestias que deberían estar extinguidas? Esa es la pregunta que se hace «T» y que está decidido a contestar.

Nosotros seguimos nuestro camino esquivando dinosaurios, peleando contra serpientes y escorpiones, evitando el suelo que se desploma y las rocas que caen rodando por las laderas de la montaña… hasta que varias de ellas me aplanan y me matan. Otra vez desde el principio, tengo que repetirlo todo de nuevo… recoger la semilla, tumbar el árbol, recoger el mensaje de «T»…

En cuanto termino estas primeras tareas vuelvo al poblado, a darle la semilla a Reja y a comprar varios regalos (un poco de licor para Dogi y un osito de peluche para Laxia, para que pueda adornar su habitación aunque Adol la esté tratando como a una niña y no como a la adulta que es). Y cuando sigo adelante me vuelven a matar. Otra vez a iniciar el camino, ya comienzo a hartarme así que esta vez paso de todo y voy corriendo hacia adelante para llegar hasta el siguiente cristal azul. El camino va serpenteando, primero en una dirección y luego en otra y cada vez voy subiendo más y encontrando pequeños barrancos, escondrijos llenas de bestias y árboles que puedo tirar para crear atajos.

A medio camino encontramos por fin el cristal azul, pero hay algo más interesante… una cabaña cubierta de muchas ramas y hojas y disimulada contra las rocas. Está muy bien cuidada, como si alguien viviese aquí, Llaman pero no contesta nadie así que deciden entrar igualmente a investigar. Es una casita de una sola habitación acogedora y con todas las comodidades de las que puede disfrutar una persona en una isla desierta: dos hamacas colgadas en la pared para dormir con mantas (así que habrá al menos dos personas), una mesa de madera gruesa con manteles y cubiertos hechos de madera, y un jarrón con una bonita flor decorándola, una estantería con libros de todo tipo (decentes e indecentes, pobre Laxia lo que tiene que ver), una chimenea en la que cocinar…

Encuentran también el diario de uno de los inquilinos, y naturalmente lo abren y comienzan a leerlo. Es de «T», y habla de sus investigaciones sobre las especies antiguas: «su piel exterior es más dura de lo que hubiese imaginado, y es imposible dañarlo a menos que se utilice…» El resto de la página está dañada y no pueden leerla.

En todo el rato que llevan rebuscando entre las pertenencias de ese desconocido no ha aparecido nadie, es posible que estén más adelante (ya que tampoco nos hemos encontrado con nadie en el camino hasta aquí)

Antes de continuar vuelvo hacia atrás, tiro un árbol sobre un barranco, descuelgo una escalera de cuerda sobre otro y así monto un atajo más para llegar rápidamente a la cabaña desde la salida de la cueva por la que entré a Gendarme. A continuación sigo hacia la cumbre, el camino parece inacabable e incluso los personajes se quejan de que están cansados. Pero por fin llego hasta un cristal azul frente a una cueva que señala que el jefe está delante.

Cerca de allí en una esquina crece un árbol que tiene el tamaño perfecto para ser el árbol de los deseos que pedía Sahad. Así que en cuanto acabemos con el jefe volveremos a arrancarlo de allí y plantarlo en el poblado. También hay una escalera de cuerda que lleva directo a la cabaña de «T». No es que necesitemos todos estos atajos pudiendo desplazarnos automáticamente al cristal azul que tiene delante pero tienen sentido en el contexto de la aventura.

Y ahora sí, llega el momento de adentrarse en la cueva y derrotar al jefe de mitad del dungeon, que no es otro que Avalodragil. Por enésima vez tengo que enfrentarme al mismo enemigo, esta vez con nivel 32. Sus tácticas siguen siendo las mismas, pegando cabezazos y manotazos con sus pequeños brazos, además de lanzar bolas de fuego y embestir con gran velocidad. La diferencia es que el daño que hace cada uno de sus golpes puede matar a uno de mis personajes de un golpe así que se hace completamente indispensable ejecutar bien los Flash Guard. Desde luego, aunque la definición es «bloquear en el momento justo en que un enemigo te va a golpear» no tiene nada que ver. Por ejemplo, en el caso de sus cabezazos, que inclina el cuello hacia un lado, tengo que pulsar el botón cuando está en su punto más lejano, en lugar de cuando está a punto de golpearme.

El caso es que he tenido que repetirlo bastante, hasta 56 veces en total, pero en todo momento lo vi una pelea asequible. Y además lo he derrotado gastando únicamente un objeto curativo al final de la pelea para asegurar que todos quedasen con vida, lo que es todo un logro comparado con el resto de peleas anteriores.

Al final de la pelea, y como tantas otras veces, el dinosaurio sigue vivo y es imposible de matar. Pero esta vez alguien nos ayuda: aparece una niña pequeña que es la viva imagen de Pippi Calzaslargas y que le lanza dos flechas a la cabeza. No lo consigue matar pero lo hace huir.

Ricotta vive en la cabaña que vimos antes acompañada de su «padre», que no es el de verdad pero el que la cuidó desde pequeña y le enseñó a hablar, ayudado por todos los libros de los barcos que han ido naufragando durante años frente a la costa. Pero su padre no está aquí ahora, fue a las montañas hace más de un mes para estudiar a la Especies Antiguas y aún no ha vuelto. Sería peligroso estar solo con todas las bestias que campan por la zona, pero tiene un poco de ayuda: armas hechas con un mineral brillante que son capaces de derrotarlas. El único problema es que solo le queda una flecha y no sabe donde encontrar más. Sí, este es el famoso oricalco del que hablaba Dana. Pero parece que tendremos que esperar un poco más para poder derrotar a los dinosaurios de una vez por todas y conseguir EXP por cada muerte.

Aquí se resuelve otro misterio: «T» es el «padre» de Ricotta, Thanatos Beldine. No era el padre de Laxia, entonces. Bueno, puedo equivocarme en esto pero al menos acerté con Kiergaard.

Adol decide volver al poblado a ver qué puede hacer Catherine con la flecha de Ricotta. Y como no van a dejarla allí sola nos la traeremos de vuelta. Pero no solo como una ciudadana más, si no como un miembro de pleno derecho de nuestro grupo, muy útil porque Hummel aún anda perdido.

Ricotta está excitada por todo lo que ve, y Sahad se porta muy bien con ella. Como dice Laxia, parecen una familia avenida.

Catherine observa con interés la flecha, y tras darle un martillazo y comprobar que no tiene ni un rasguño explica que éste debe ser el metal del que se ha hablado durante generaciones entre los herreros de Greek, más fuerte que el diamante e incapaz de oxidarse. Ese metal tiene un color suave que brilla como el sol y una superficie corrugada y ¿por eso? lo llaman oricalco. Estaría bien hacer armas con este metal, solo hay un ligero inconveniente: necesitamos mucho para forjar armas, y Ricotta no sabe donde encontrarlo.

Menos mal que en el sueño anterior Sarai le dijo a Dana de donde había extraído el metal para sus armas, así que Adol puede recordarlo.

Me pregunto qué hubiese pasado si hubiese respondido con la otra opción… quizá lo averigüe en la siguiente partida. De momento Laxia explica lo que es un estrato, y Sahad aporta que es un sitio donde pueden encontrarse fósiles. Ricotta conoce un sitio así en una cueva cerca de la montaña, así que nos preparamos para irnos.

Pero antes, Adol y Sahad traen el árbol de los deseos y lo plantan. Sahad reparte caracolas a todo el mundo para que puedan escribir un deseo y colgarlo del árbol. ¿No es obvio que todo el mundo quiere escapar de la isla y ese será su deseo? No para Kuina, que tiene tan claro que saldrá de allí que su deseo será para cumplirse cuando vuelva a casa. Hay varios tipos de deseos: amor, dinero, trabajo cada uno con una caracola de distinto color. Y durante unos minutos, todos tuvieron esperanza y se sintieron felices, compartiendo entre ellos sus objetivos una vez abandonasen la isla.

Una vez colgados los deseos del árbol volvieron a sus ocupaciones con renovado brío, y nosotros… bueno, Adol se dedicó a descolgar cada uno y leerlo, chafardero que es uno: la restauración del linaje Roswell para Laxia, una buena promoción en el trabajo de Aaron, el bienestar del marido de Alison y de la familia de Sahad, que el negocio de Dina prospere, Dogi solo quiere comer y beber mucho…, Licht quiere ser un gran doctor como su mentor, la paz mundial para Kuina, ser famoso y mejor que su padre para Reja, forjar mejores armas que su abuelo para Catherine, reunirse con su familia para Miralda y que todos compartan las enseñanzas de su orden para la hermana Nia.

¿Y Adol? El solo quiere salir de allí y que las siguientes generaciones conozcan esta historia. Estamos jugándola así que supongo que lo ha conseguido.

Todos los habitantes del poblado tienen algún comentario sobre Ricotta, sobre todo lo enérgica que es. Pero Miralda en concreto parece aprovechar el que haya una jovencita entre ellos para hablarle a Adol de su familia, de los seis hijos que tiene, las edades de cada uno y lo mucho que extraña a su marido. Cuando por fin nos deja marchar nos encontramos a todos reunidos con Ricotta y Shoebill, el pajarraco que nos cambia peces por objetos. Resulta que se conocen, había salvado a Ricotta cuando era pequeña y la alimentó y cuidó. Ahora ella lo considera su «superior», sea lo que sea lo que significa eso. Supongo que es algún título honorífico japonés que ha sido traducido de cualquier manera al inglés o simplemente una cuestión de rango ya que ella se considera su «subordinada». Queda un poco extraño pero no más que el resto de la traducción. Hablando de traducción, Ricotta es capaz de entender los graznidos de Shoebill y está contento de la forma en que la están tratando. Si nos portamos bien nos ayudará a proteger el poblado (durante las intercepciones). A mí, mientras me siga dando buenos objetos ya me está bien.

Ya nos toca buscar la mina de oricalco, así que nos dirigimos al Gran Cañón, atravesando el pequeño pantano y subiendo por el camino hasta la cascada a la que habíamos llegado antes cuando buscaba por donde acceder a Gendarme. Aquí hay un puente roto que permitiría cruzar más fácilmente al otro lado, que ha hecho el padre de Ricotta. Él es un explorador, que a Sahad le parece algo muy parecido a un aventurero como Adol, pero Laxia piensa que un aventurero es alguien más extravagante y temerario que un explorador… y no piensa en nadie mientras lo dice. ¿O sí?. «Es la forma perfecta de describir a Adol», concluye. Y tiene toda la razón.

La conversación sobre Thanatos gira hacia la relación entre él y Ricotta. Lleva bastante tiempo allí, tras naufragar igual que nuestros héroes, pero ella aún lleva más tiempo. Toda su vida la ha pasado en la isla, y Thanatos fue la primera persona que vio. Mientras hablan Adol le pide a Little Paro que avise para que vengan a arreglar el puente. Son necesarias 11 personas y somos 14 así que en un momento está en pie de nuevo y podemos cruzarlo.

La nueva zona es una meseta llena de monos grandes y pequeños, abejorros y como nuevo enemigos unas hormigas de fuego que pueden quemarte (y eso hace mucho daño, quitándote casi toda la vida en unos segundos) El camino es como siempre hacia arriba, siguiendo el sendero a lo largo de varias llanuras hasta que llegamos a la entrada de una cueva. Su nombre es la «cueva del Rey». La cueva no es muy grande pero está llena de fósiles de saurios gigantescos. Nos lleva hacia abajo y en el fondo encontramos una pared con yacimientos de oricalco. Por fin tenemos mineral para forjar nuevas armas, aunque a Catherine no le resultará tan fácil usarlo ya que es nuevo para ella. Así que les propone mejorar primero las armas que ya tienen, que les permitirá matar a las bestias, y más adelante hará armas totalmente de oricalco.

Durante tres días tenemos que quedarnos en el poblado, ayudando en las tareas de mantenimiento mientras Catherine trabaja sin descanso en su forja. Dogi comenta que hay problemas en la jungla de Schlamm, hay bestias que se están reproduciendo a un ritmo sin precedentes, seguramente tras haber eliminado a los jefes que actuaban de control del ecosistema. El caso es que propone ir hasta allí con todas nuestras fuerzas y derrotarlas. Como dice, más que una intercepción es una supresión: pasamos al ataque y eliminamos nuestros enemigos.

Por lo demás, se parece bastante a una intercepción típica: luchar contra enemigos hasta que aparece el jefe y lo derrotamos. Solo que en este caso además tenemos que iluminar la zona con antorchas para que el resto del grupo pueda ver mejor y nos ayuden y para aturdir a los enemigos. Además, hay nidos de los que salen enemigos a menos que los destruyamos. Vale, quizá en lo único que se parece a una intercepción es en el caos durante las peleas, buscando donde están los enemigos y matándolos a docenas. Pero igual que las intercepciones, me parece una pérdida de tiempo que no sirve absolutamente para nada, como mucho para dar un poco de «realismo» a la situación.

A partir de ahora Dogi puede enviarnos a hacer más supresiones, solo hay que hablar con él. Pero lo más importante ahora que todo vuelve a estar tranquilo, es que Catherine nos mejore nuestras armas. Y sí, tras un poco de trabajo tenemos las mismas armas de antes (en el juego cuentan como objetos distintos), pero esta vez podemos matar a las Especies Antiguas que se crucen en nuestro camino.

Y las probaremos bastante pronto, porque toca intercepción (nivel 33, como siempre más que el mío), y esta vez viene una de esas bestias entre el resto. ¿Os imagináis cual? Sí, el Avalodragil que no para de acercarse hasta nuestro poblado y que mató a Kiergaard hace poco. Kuina y Ricotta se han hecho amigas y se protegerán la una a la otra… hasta que caen en la cuenta que están en grupos diferentes. Al menos Kuina podrá ofrecer algo de apoyo con sus trampas de vez en cuando. Hace poco peleé contra el Avalodragil y recuerdo como aprovecharme de los Flash Guards, así que la pelea esta vez será más fácil. Y tras derrotarlo… se queda muerto. ¡Por fin!

Tras la pelea vienen las celebraciones, y todo el grupo se pasa la noche comiendo, bebiendo y bailando. Por la mañana no están en la mejor forma posible, sobre todo Sahad que quizá haya abusado un poco de la bebida (¿de dónde la sacarán? Luego me entero que Dina encontró varias cajas en la playa de algún naufragio) Ricotta nos obsequia con un plato que ha cocinado para Sahad y que es el favorito de su padre: Repollo enrollado. ¡Receta nueva!

La hermana Nia quiere pedirnos un favor: quiere ofrecerle a Dios sus mejores plegarias, y cree que serán más potentes si las hace desde la colina de la Veleta. Así que tienes que guiarla hasta arriba, a la colina del Céfiro. Empiezas en la parte inferior tú solo con ella, y tienes que llegar hasta la cima derrotando a todos los enemigos para impedir que maten a Nia. Como no es un dungeon puedes detenerte para recuperar vida, y ella también te apoyará con sus conjuros (¿plegarias?) de curación.

A mitad de camino tropieza y cae, es lo que pasa cuando llevas unos hábitos que te llegan a los pies y te impiden correr. Y entonces, naturalmente, hace lo mismo que las heroínas de película cuando se rasgan el traje de noche que les impide pegar patadas voladoras: se rompe las vestiduras y se queda en una escasa minifalda, para sorpresa de Adol.

Con ese ropaje puede correr mejor y pronto llegamos a nuestro destino. Nia reza durante un rato y cuando Adol le pregunta el motivo, le dice que está rezando para decirle a Dios que tiene la resolución de volverse más fuerte y poder ayudar a los demás sin tener que depender de Su voluntad. Todos están dando lo mejor de ellos mismos y ella no quiere ser menos. Como recompensa obtenemos una poción de curación, no es nada del otro mundo pero al menos si la usamos podemos obtener una botella vacía para poder crear otra poción (o eso decía el tutorial, no lo he probado nunca)

En el tablón de anuncios hay una misión nueva: Aaron quiere que probemos unas hombreras diseñadas para resistir la condición de desangrado, y llevarlas equipadas mientras derrotamos a dos Especies Antiguas. Por lo menos esta misión no impide que avancemos en la historia así que nos trasladamos a la cabaña de Ricotta y matamos a dos dinosaurios. Es tan rápido que decido volver a ver a Aaron y llevarme la recompensa, que es el mismo accesorio pero mejorado. Lo mejor es que además en su puesto tiene accesorios nuevos, pero el único interesante necesita una cantidad de materiales que no tengo. Se nota que está pensado para obtenerlo más adelante.

Volvemos otra vez a Gendarme, y está vez es la buena. Desde la caverna donde derrotamos al Avalodragil sigo adelante y nos encontramos con una pequeña bestia muerta de hambre en una esquina. Adol dice que se ha encontrado con una especie similar en Celceta (aunque no lo he jugado y no sé si es cierto) mientras Laxia comenta que su padre ya la había documentado, con esas orejas, cola y expresión cuca, y que trae felicidad a quienes lo encuentran. Los llaman Mishy, aunque es más bien un gato con botas (si además llevase guantes y fuese un erizo podría pasar por Sonic)

Está hambriento y quiere comida, pero no peces si no las mismas recetas que comemos nosotros. Así que, como tengo alguna de más se las doy y recibo a cambio algunos objetos de curación.

El camino a la cima de Gendarme sigue y ahora estamos envueltos en niebla, hemos subido demasiado arriba. Además, no llevo el nivel suficiente para derrotar fácilmente a los enemigos más grandes y pronto decido salir a explorar la meseta que llevaba a la Cueva del Rey. Por allí nos vemos rodeados de lobos y viene un espadachín a salvarnos. Es un jovencito bien vestido pero que parece vivir en su mundo de fantasía en el que es el mejor en todo. Y bueno, al menos sabía manejar la espada. Él es Austin, un noble de Gllia, pero sobre todo un gran artista que pasará a la historia. Pinta, esculpe, compone poemas y obras de teatro… cualquier cosa menos música.

Ya en el poblado, Austin se ha enterado de que Adol está haciendo un mapa de la isla, y le pide que, si encuentra alguna vista o edificios distintivos, los anote y se los enseñe para que pueda ir a admirarlos. Cuando le enseñemos la mitad nos dará un Orbe de Ojo de Águila, un objeto que podemos equipar para aumentar el alcance al descubrir el mapa.

Con Austin somos ya los suficientes para retirar el corrimiento de tierra que había en la colina de las Bestias, en la que lo único que hay es un cofre con un elixir que mejora la capacidad de ejecutar movimientos especiales (más SP) y una zona donde pescar un pez nuevo para Shoebill.

La subida a la cima de Gendarme es muy rápida (porque paso de los enemigos y sigo el camino a toda velocidad) hasta que llego hasta el cristal azul que señala que llega un jefe. La verdad es que la sensación de que he subido muy arriba está bien conseguida, solo tengo que mirar hacia abajo y ver todo el camino recorrido, la ladera de la montaña llena de niebla y el mar al fondo, muy al fondo. Desde la cima puedo ver lo que me espera al otro lado, y es verdaderamente sorprendente (la imagen vendrá después)

Hay un estrecho caminito con precipicios a cada lado tras el cristal, y allí encontramos a un pterosaurio gigante que viene volando y se posa delante nuestro. Éste es desde luego el jefe de Gendarme. Nivel 35, un poco más que el mío (31) lo que siempre hace que mis ataques sean un poco más débiles y tarde más en quitarle toda la vida.

Cayó en 9 intentos, todo un logro para mí. La pelea fue un poco larga y me fastidiaban bastante sus ataques de fuego, pero no era nada que un buen puñado de recetas gastadas no puedan curar. Y una vez derrotado ya tengo acceso por fin a la parte norte de la isla. Pero viendo lo que nos espera… casi mejor no haberlo conseguido.