Continuamos desde donde lo dejamos la última vez. Sahad regresa con nosotros al campamento y ya tenemos el grupo completo de tres personajes para los combates. Cuando se lo presentamos al capitán tampoco lo reconoce, ya doy por perdido que sea capaz de recordar a ninguna de las personas presentes en su fiesta de bienvenida a bordo.

Tenemos también otra sorpresa. ¡Dogi está vivo! Aquí nos permiten seleccionar una opción en la que Adol finja no reconocerlo (o lo convirtamos en un personaje amnésico para copiar un cliché más de los JRPG). No creo que el resultado de nuestra elección afecte en lo más mínimo a la respuesta de Dogi, pero me hizo gracia ver esa opción.

Dogi ha visto pisadas en una playa cercana. Las pisadas son pequeñas como si fuesen de una mujer o un niño, pero como se acerca la noche deciden que es mejor esperar a que sea de día para ir a salvarlo. Frente al fuego Dogi comunica que se quedará en el campamento para ponerse al cargo de construir un lugar seguro para la gente a la que rescaten (Castaway Village) y Sahad acompañará a Adol y Laxia en la búsqueda de supervivientes.

Y con esto acaba el primer capítulo y recibo un merecido trofeo por mi esfuerzo.

Adol tiene un sueño esta noche…

Hay una niña pequeña llamada Dana en un pueblo. Es una vidente y sabe que alguien llegará mañana a verlos. Cree que serán mercantes vestidos con ropajes, pero son doncellas del templo en la base del Árbol de los Comienzos que vienen a llevarse a Dana con ellas.

¡Comienza un nuevo día, vamos a buscar supervivientes!

Pero antes… Laxia ha encontrado unas ropas más resistentes que el traje de marinerito que llevaba Adol ahora, así que nos cambiamos y ciertamente le queda mucho mejor. Lamentablemente no mejoran en nada nuestras características, pero desbloquea una página de ayuda sobre el cambio de trajes.

¡Ahora sí, a por los supervivientes!

Bueno no, que primero hay que desayunar, que es la comida más importante del día y luego es imprescindible cagar, según asegura Sahad. Así que vamos a comer algo rápido.. o mejor aún, Sahad nos va a enseñar a pescar, que seguro que pican peces en un par de minutos y así no nos retrasamos en buscar a aquella mujer (o niño) que lleva toda la noche perdida en esta peligrosa isla.

Dogi se ha pasado la noche preparando algunas utilidades para facilitarle la vida a Adol en sus aventuras: un almacén donde guardar objetos, y del que puedes coger lo que necesites si dejas algo a cambio. O sea, dejar objetos fáciles de encontrar y llevarse los más valiosos. ¿Me pregunto quien consigue estos objetos valiosos? Y un yunque para mejorar sus armas que es bastante útil porque se pueden mejorar dos veces y aumenta la fuerza del arma en 10 o más cada vez. Y como tenemos suficientes materiales para mejorar al menos las armas de todos una vez me pongo a ello (antes de desayunar, por supuesto).

Llega el momento de que Sahad nos enseñe a pescar. Es una mecánica bastante simple: cuando ves un grupo de peces en el agua sacas la caña de pescar, apuntas en su dirección y la lanzas. Cuando el pez pica pulsas el botón X rápidamente acompañado del stick izquierdo en la dirección que te digan. Además de ir rellenando la sección de peces con las capturas del grupo y estadísticas varias, cada pez te da un objeto, que es normalmente algún tipo de carne. Y eso es todo. Es muy fácil capturar peces, aunque si donde lanzas la caña no los hay a veces puedes recoger algún tesoro o incluso algún enemigo que si es de un nivel muy alto puede matarte en el acto.

Es tan fácil que en mi primer intento cogí un pez de por lo menos medio metro:

Tras pescar unas cuantas sardinas volvemos al campamento donde Dogi ya tiene el fuego preparado. Ahora solo falta cocinarlas, y entre Sahad y Dogi van comentando varias formas de hacerlo. Adol es también un experto cocinero, solo falta que Laxia participe en esta conversación, pero claro siendo una noble tiene criados que cocinan por ella. Dogi está en todo y le pasa una receta de sopa de pescado, para que comience a practicar. Y nosotros también, que aquí viene otro tutorial. Puedes cocinar en el fuego de cualquier campamento cualquiera de las recetas que conozcas. De momento tenemos una, más adelante conseguiremos más. Las recetas afectan a todo el grupo y les otorga algún tipo de mejora, lo que está realmente bien. El problema es que no puedes llevar más de 9 a la vez.

Ahora sí, por fin podemos comer y marcharnos a investigar las pisadas que vio Dogi. Pero primero vamos a hablar con el capitán para avisar que nos vamos, y aquí nos espera una pequeña sorpresa. ¿Qué sería de un capitán de barco, aunque no sea pirata, sin la compañía de un loro? Ha encontrado uno en la isla y le ha enseñado a hablar, todo en una noche. Alguien que también ha aprendido a hablar es la hija de Sahad allá en su tierra natal, y de paso Barbaros revela también que tiene una hija. Era algo de esperar aunque nos pille por sorpresa, y aporta un poco de detalle a los personajes. Al final, parece que Laxia es la única entre todo el grupo que no es de mucha ayuda… no sabe hacer nada excepto pelear.

Barbaros nos explica también que ha montado un tablón de anuncios para que cualquiera pueda hacer peticiones para mejorar el campamento. Si lo examinamos vemos que ya tenemos dos misiones pendientes: Barbaros quiere madera para hacer camas y Dogi quiere objetos algunos que sueltan los enemigos para reabastecer el almacén (que mejorará los objetos que podemos intercambiar).

¡Ahora sí! Esta vez sí, de verdad, nos vamos a buscar supervivientes.

Dogi vio las pisadas en una playa al sur, así que vamos hacia allí. En cuanto nos marchamos y nos alejamos un poco se puede ver una columna de humo que identifica nuestro campamento, e incluso se puede ver a lo lejos, como en esta imagen. Es un pequeño detalle que me ha gustado, siempre veía el humo y me imaginaba que era la hoguera, pero nunca me había fijado en que incluso era visible.

La playa está cerca, pero recordemos que la zona a la que queremos acceder está bloqueada por un gigantesco árbol caído bloqueando el paso. No es tarea fácil para nuestros héroes, por suerte el loro (que ahora nos dice que se llama Little Paro) los estaba vigilando y alerta a Barbaros y a Dogi que vienen a ayudarlos a apartar el tronco del paso. Hay muchos otros caminos cerrados, y a partir de ahora aparecerá un mensaje diciendo cuanta gente es necesaria para desbloquearlos. Es una forma como otra cualquiera de ir abriendo zonas de la isla, y apropiada en esta situación.

Aquí hay otra playa y los enemigos son un poco más duros, crustáceos saltarines, caballitos de mar que escupen agua y una especie de foca mutante con enormes garras. A lo lejos se ve una extraña formación rocosa azul de la que fluye agua, y mira por donde allí encuentro un cofre que contiene los tres trozos de madera que quería Barbaros para hacer camas más cómodas. No sé cómo podía contener un cofre tan pequeño tres trozos de tronco tan grandes, pero así suceden las cosas en las islas misteriosas.

Con esa vista tan magnífica decido pasarme unos cuantos minutos matando enemigos, aprovechando la foca monstruosa y el cristal de recuperación para conseguir un poco de experiencia adicional y subir un nivel más, y en general demostrando mi incompetencia dejándome matar multitud de veces. Cuando por fin me canso decido seguir adelante… y vaya, tenemos una enorme roca enfangada imposible de mover por menos de 20 personas. Creo que este será el último camino que despejaré. Sigo mi camino pero parece que esta playa no va a acabarse nunca hasta que…

¡Aquí está! La persona a la que buscábamos, y como decía Dogi era una mujer. Alison («mi nombre es Alison, pero podéis llamarme Alison»), es una costurera que viajaba en el Lombardia junto a su marido, del que se ha separado y al que está buscando desesperadamente. De vuelta en el campamento decide que nos ayudará con su oficio y nos hará accesorios y armaduras si le llevamos los materiales necesarios. Ya que estamos aquí y llevamos cargando aquellos tres trozos de tronco resistente, se los damos a Barbaros y crea unas camas que ya dan apariencia de pertenecer a una casita acogedora. Y así dejamos a Laxia bien contenta, que estaba harta de dormir en el suelo. Pero aún podemos hacerlo mejor, así que el siguiente encargo del tablón de anuncios lo pone ella: material para hacer cortinas y que ella y Alison estén bien separadas del resto de los hombres. Al menos la recompensa es buena: 5 frutos que reviven a un personaje muerto (también podría dárnoslos sin pedir nada a cambio, ¿no?)

Nuestro siguiente destino está cerca de donde nos enfrentamos al Avalodragil. Allí hay unas rocas bloqueando el paso al otro lado de la playa, pero con Alison ya somos suficientes para retirarlas. Hay más estrellas de mar, pero el camino nos dirige hacia el interior de un pequeño bosque lleno de gusanos que escupen veneno. Menos mal que en el campamento podemos fabricar antídoto y ya venía preparado. Aquí hay un montón de piedras bloqueando otra vez el camino, pero solo son necesarias 8 personas. Dos náufragos más y podré seguir por aquí, pero quien sabe cuanto tardaré en encontrarlos.

Tenemos que volver sobre nuestros pasos y dirigirnos aún más al interior de la isla, hasta que llegamos a un pequeño claro en el que no hay monstruos y en el que montaremos nuestro primer campamento fuera del poblado. Aquí podemos cocinar, recuperarnos y sobre todo movernos automáticamente entre zonas ya que hay un cristal. Qué remedio, la isla es demasiado grande como para recorrerla a pie en un solo día. Y como estamos todos cansados Laxia tendrá que arrimar el hombro como cualquier pescador o aventurero.

Sentados frente al fuego descubrimos el lado poético y humilde de Sahad, contándonos cómo era su vida pescando para sobrevivir y enfrentándose cada día al mar, lo que le hizo darse cuenta que tenía que ser él mismo y vivir la vida sin mentiras. Y tirándose pedos, obviamente. Ummm… quizá Laxia tendría que aprender a ser ella misma también, y dejar esa actitud de superioridad asociada a la nobleza.

Esta noche Adol tiene otro sueño… Dana está junto a otras candidatas a ser la Doncella del Gran Árbol en el templo, aprendiendo a controlar sus poderes, su Energía, haciendo pequeñas gamberradas con sus amigas Olga y Sarai. Pero la están observando, ¿será ella la próxima Doncella? Lo sabremos en el próximo sueño.

Ahora que ya es de día y hemos descansado podemos continuar. Justo delante nuestro se encuentra el bosque del arrecife de coral, un extraño lugar lleno de barrancos y elevaciones, con estrechos senderos y cuevas. Da la sensación de ser un pantano pero cubierto de vegetación, con árboles frondosos y enredaderas cubriendo suelo y paredes.

Y lamentablemente es un dungeon en el que no puedo recuperar la vida, así que voy a pasar bastante tiempo aquí dentro, yendo al exterior para recuperarme y volviendo a entrar, ganando algo de experiencia, un nivel más, un poco más de práctica en el arte de esquivar y bloquear…

Decía que poco me veríais bloquear con Flash Guard, pero poco a poco he tenido que aprender para poder sobrevivir. Son muy útiles los instantes de golpes críticos que te permite realizar cuando lo haces bien, y aunque cada ataque de cada enemigo tiene una cadencia propia que hay que dominar, intento hacerlo siempre que puedo, o al menos siempre que me sale de casualidad.

Mientras me abro camino por el bosque de coral, hago descansos para acercarme al poblado a terminar de mejorar mis armas o hablar con Dogi, que sigue con sus planes de expandir el poblado y hacerlo más seguro. Y de paso me comenta que hay un extraño pájaro gigante cerca de allí. Es un Shoebill (picozapato) una especie de pelícano gigante al que le encantan los peces, y si le das unos cuantos te dará un regalo (ahora ha sido unos pendientes con Defensa +15)

Llega también el momento de llevarle a Laxia el material para que haga sus cortinas y se sienta más segura entre tanto hombre. ¡Solo faltaría que alguno de nosotros volviese a verla desnuda!

Y para retardar lo más posible volver al bosque también vuelvo a la costa, a enfrentarme a los bonitos caballitos de mar y crustáceos de menos nivel que yo (para poderlo masacrar sin contemplaciones y aun así muchas veces soy yo la víctima) Y entre pelea y pelea descubro algún lugar asombroso y curiosamente una nota guardada dentro de un cofre de «T», en la que se lamenta de que no pasa ninguna nave cerca tras 10 días perdido en la isla. Se llama «memo de T número 1» así que ya podemos tener claro que su historia continuará dentro de algún otro cofre.

Una hora después vuelvo por fin al bosque de coral, un poco más preparado que antes, y ya con niveles 10-11. La primera zona es algo más fácil, pero la siguiente es un entramado de puentes sobre un precipicio y enemigos que te pueden tirar abajo a un lago lleno de peces enfadados. Como es un lago hay peces pacíficos que puedo pescar, y Laxia se pone a ello para desconectar un poco de tanto combate.

Hay algunos cofres a los que no puedo acceder, creo que tendré que llegar a ellos desde arriba, o quizá en algún momento podré hacer un salto doble. Está claro que me tienen que dar habilidades de exploración, porque hay también enredaderas por las que tengo que poder subir para llegar a otras zonas. Pero mientras no pueda sigo adelante y bajando por las cuevas hasta encontrar a un cangrejo gigante de nivel 13 rodeado de crustáceos saltarines bastante duro y que tras un combate no muy largo, para qué nos vamos a engañar, me mata.

Oh no. ¡Tengo que volver a empezar desde el campamento exterior! Hacer otra vez todo el camino, matar a los mismos enemigos y volver a llegar hasta el cangrejo. Esta vez sí que lo mato, pero no antes de usar 4 objetos para revivirme y unos cuantos de curación. No doy ni diez pasos cuando me encuentro con otros dos pasajeros del Lombardia, que obviamente no están preparados para luchar contra monstruos y han salido corriendo hasta que uno de ellos se ha caído (o eso imagino que ha pasado).

Carlan es un noble del imperio Romun con aires de superioridad, y no me refiero al comportamiento más amigable de Laxia, sino al de un noble que obviamente está acostumbrado a mandar y a que obedezcan todos sus caprichos. Ya daba esa impresión cuando lo conocimos en el barco durante la fiesta.

Kiergaard es un médico y parece un bonachón (debe serlo para soportar a Carlan) pero con ojos de psicópata. Y le gusta beber, además. Seguro que son imaginaciones mías y no tiene intenciones traicioneras, pero es más divertido pensar que sí.

Tras encontrarse varados en la playa y esperar un auxilio que nunca llegó, Kiergaard y Carlan decidieron buscar a otros supervivientes. A saber cómo llegaron hasta este lugar, pero ahora que los hemos encontrado habrá que ayudarle a que regresen a Castaway Village lo antes posible. A Carlan ya le gustaría que Laxia le ayudase a andar («tú, patética noble del campo, te permito que me prestes tu hombro para ayudarme a caminar!») Además ha escuchado el nombre de la familia de Laxia recientemente… seguro que se han arruinado.

Antes de que Laxia pueda responderle de forma apropiada aparece Dogi por el mismo camino por donde llegamos (claro, matamos a todos los monstruos y él ha pasado sin despeinarse) y se ofrece a acompañarlos al poblado. Desde luego el loro nos está espiando continuamente. Antes de que se marche, Kiergaard le comenta a Adol que había una mujer con ellos pero que no quiso acompañar a Carlan, así que seguramente estará aún en la playa.

Estoy seguro que os habéis fijado en una de las imágenes anteriores en el cristal de recuperación. Sí, gasté unos cuantos objetos para matar al cangrejo cuando no era necesario. Si hubiese caminado un poco más habría llegado al cristal, salvado la partida y entonces podría derrotarlo sin problemas. Eso me ha enseñado que es mejor correr un poco abriendo camino y pasar de los enemigos para buscar un cristal y asegurarme de no enzarzarme en una pelea con un enemigo más fuerte que yo si el resultado es perder todos los objetos que llevo o tener que recargar la partida.

Un cristal también quiere decir que hay un jefe a la vista, y naturalmente en cuanto salgo de esta zona llego a un lago donde me espera Serpentus, una tortuga gigante (¿debería ser una serpiente?) que salta para intentar aplastarte (esto lo hacen muchos jefes y me fastidia mucho) y tiene un aliento de veneno. Tiene nivel 13, dos niveles más que yo, y pronto me doy cuenta que debería subir algún nivel más para no perder el tiempo dejándome masacrar por Serpentus. Así que aprovecho el cristal de recuperación y el cangrejo para matarlo unas cuantas veces sin peligro hasta que me equiparo a su nivel y vuelvo al ataque.

Es innegable que más que el nivel lo importante es saber ejecutar los Flash Move y Flash Guard, porque con dos niveles más no se nota mucha mejoría en el combate. Pero a fuerza de repetir y repetir acabo prevaleciendo (tras 16 intentos, pero eso no es lo importante). Así que por fin tengo vía libre para atravesar el resto del bosque y llegar a la playa donde me espera la próxima adquisición para nuestro poblado. Pero eso será en el siguiente artículo, de momento os dejo con el video donde se puede ver mi victoria sobre Serpentus.

Artículos relacionados

Ys VIII: Lacrimosa of Dana – Diario de juego (3)

Ys VIII: Lacrimosa of Dana – Diario de juego (4)

Ys VIII: Lacrimosa of Dana – Diario de juego (5)

Ys VIII: Lacrimosa of Dana – Diario de juego (6)