Análisis: Night Mysteries: The Amphora Prisoner
Estamos frente a un nuevo juego de aventura con objetos ocultos en el que la protagonista, una escritora llamada Natalie, tendrá que salvar a los tripulantes de un barco que han sido abducidos por un ánfora maldita que llevaban entre su carga. Por suerte, en el diario del capitán encuentra la forma de acabar con la maldición del ánfora: tiene que usar los objetos más preciados de cada una de las personas cuyas almas hayan sido robadas por el ánfora y hacer un ritual mágico antes del amanecer.
La historia es muy simple pero la idea y la ambientación son suficientes para que me haya gustado. El barco es pequeño y eso se nota en los tamaños de los camarotes y de la cubierta, creando un escenario claustrofóbico que casa muy bien con la historia de fantasmas que está contando. Tu objetivo está muy claro: recuperar un objeto de cada uno de los cinco tripulantes desaparecidos y hacer el ritual frente al ánfora. Eso significa también que tienes una visión muy clara de cuanto llevas jugado, y pronto te darás cuenta de que el juego no va a ser muy largo. Cuatro horas de juego es algo bastante escaso, pero por otro lado nunca notas que estás repitiendo situaciones. La excepción es cuando te das cuenta de que necesitas 33 perlas para terminar el juego y que están bien escondidas y repartidas por todos los escenarios, ya has terminado todos los requisitos para terminar el juego y aún te faltan por encontrar cuatro o cinco. Por suerte puedes pedir una pista si lo ves necesario, y te dirán la localización de alguna de ellas (si estás al final del juego, si no te dirán donde ir a continuación o donde recoger algún objeto que necesites).
Este tipo de juegos los suelo jugar en una tablet Windows, pero en este caso me ha sido imposible: las letras son demasiado pequeñas y señalar con el dedo o con el lápiz no funciona, el cursor queda siempre desplazado un par de centÃmetros. Asà que me he visto forzado a jugarlo en un monitor y con un ratón tradicional. Es sorprendente porque ya existÃan tablets en 2013, y más aún en 2015 cuando fue lanzado en Steam, pero no es algo que preocupará a la mayorÃa de jugadores.
Gráficamente es aceptable pero sin grandes alardes. Realmente parece bastante anticuado, y las imágenes estáticas que adornan la historia tienen un estilo muy sencillo. La presentación de cada nuevo escenario suele ser en 3D, mostrando la nueva sala y la situación en la que te encuentras y que acaba transicionando hacia la escena en 2D. Es un hecho curioso pero intrascendente, que solo comento porque no es algo que suela verse en un juego de objetos ocultos.
Pero el 3D es usado también de vez en cuando en los minijuegos, y esto es ya un hecho más destacable: hay algunos miniuegos de acción que no tienen cabida en un juego de este tipo, en el que no se presupone que tengas que tener ningún tipo de destreza. Para mi es el punto negro del juego y la parte más aburrida con diferencia. No importa qué tipo de acción tengas que realizar, ya sea navegar entre icebergs, pulverizar ratas con veneno o subir por unas escaleras, es necesario que seas capaz de reaccionar a tiempo y tener un mÃnimo de reflejos. Aquà volvió a jugar en mi contra el ratón usado (un trackball) que no me permitÃa tener un control preciso y rápido, por lo que optaba por saltar los minijuegos en cuanto los probaba una o dos veces y tenÃa la opción. El problema es que suelen tener un tiempo lÃmite fijo de 3 minutos y si fallas tienes que volver a empezar, y es demasiado tiempo para perderlo si fallas en los últimos segundos.
El resto de minijuegos son bastante tradicionales: conectar tuberÃas, recomponer objetos a partir de piezas, encontrar figuras duplicadas… También se pueden saltar pero no hay ninguno complicado.
Las escenas de objetos ocultos son sencillas en cuanto a que todos los objetos están a la vista, pero tendrás que fijarte mucho para encontrarlos y seguramente harás uso de alguna pista cuando te encuentres desesperado. Me ha gustado que no hayan incluido tareas a hacer para encontrar objetos, como abrir puertas o crearlos a partir de varios objetos, aunque eso es algo que no suele gustarme cuando incluyen logros del estilo «termina una escena con solo 3 equivocaciones». Este juego no tiene logros asà que puedes fallar todas las veces que quieras, no perderás nada y las penalizaciones por pulsar varias veces seguidas sin acertar son bastante leves.
Sobre la aventura, nos presentan a veces escenarios bastante rebuscados, con objetos que muchas veces no sabes qué hacer con ellos, y situaciones absurdas. Aparte de las tÃpicas, como que un loro no quiera comerse una golosina a menos que la embadurnes de pintura roja, o que uno de los tripulantes guarde un objeto en un cuadro y tengas que rajar el lienzo para recuperarlo, hay una que me encanta: en un momento se desata un incendio en un camarote y tienes que apagarlo. Para ello tienes que ir buscar una cuerda, atarla a un cubo que hay en la cubierta, apuntar con un faro al mar para ver lo que haces y por último tirar el cubo al agua y llenarlo, subiéndolo de nuevo con uno de esos minijuegos que tan poco me han gustado. Pues bien, justo saliendo por la puerta donde estaba el incendio habÃa un extintor, y no era el único. Naturalmente, no podÃas interactuar con él. Eso es un indicativo del tipo de puzles que han incluido, que desde luego no son el punto fuerte del juego. Aunque siendo justos, este tipo de juegos son bastante simples siempre en este aspecto.
En definitiva, a pesar de estos defectos no es un mal juego. Es bastante interesante y sobre todo atmosférico, pero le lastran demasiado los minijuegos de acción incluidos.
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