Volvemos a reunirnos con la familia Ambrose en un nuevo relato de sus viajes por el tiempo. Esta vez le toca el turno a Esther, una joven huérfana en el Londres de 1830 que recibe en herencia una mansión abandonada. Pronto descubrirá que sus padres fueron los encargados de evitar la vuelta a la vida de Viviana, una antepasada suya que se unió a Merlin, luchó contra él y le encerró en un roble. Viviana está a su vez encerrada en un cristal en el jardín de la mansión, y Esther debe encontrar los sellos que fortalecerán su prisión durante varios años.

La historia está muy mal contada, y realmente lo único que necesitas saber es que tienes que encontrar varios sellos y ponerlos sobre el cristal. Hay algún que otro impedimento por el camino, y cuando llegues al final del juego tu recompensa será un «Continuará». Está claro que quieren que juegues a la continuación, pero no sé yo si merece la pena…

Después de la aburrida primera parte, esta nueva entrega comienza bastante bien con una historia narrada en escenas CGI. Son de baja resolución pero al menos se han esforzado en hacerlas y han cambiado las escenas habladas y mal animadas del juego anterior. Cuando consigues el artefacto que te permitirá viajar por el tiempo comienza la historia real. Tienes que conseguir encontrar las piezas que te abrirán la puerta hacia ciertos tiempos y lugares, y verás que las decisiones que tomes en una ápoca afectará a las posteriores. Este es el punto fuerte del juego: coger por ejemplo una semilla en Londres en 1830, viajar a Venecia en el 1410, plantar un árbol y encontrarlo crecido en el 1576. Solo que… solo hay dos lugares posibles y dos épocas distintas: Londres en 1796 y 1830, y Venecia en 1410 y 1576.

Así las cosas, la aventura se desinfla un poco y no cumple las promesas que nos prometían en la publicidad, aunque supongo que la frase «Así es como comienza su fascinante viaje, que la llevará a lugares y épocas que antes solo podía haber visto en sus sueños» es técnicamente cierta si hay dos de cada.

De todos modos el juego empieza interesante, explorando la mansión, buscando los sellos y usando por primera vez la máquina (o reloj) del tiempo. Ver el mismo lugar en dos épocas distintas cuenta como localizaciones separadas (hay 52 preciosos escenarios pintados a mano) pero no hay muchas diferencias entre ellas excepto los puzles que tienes que resolver en cada una. Si estás jugando en modo experto te estarás poniendo las cosas más difíciles, ya que aunque te puedes mover entre épocas y zonas dentro de cada una a voluntad, no te mostrarán los lugares donde tienes asuntos pendientes. Y llegará un momento en el que será necesario tener alguna pista de cómo continuar, es increíble como puede llegar a complicarse con tan pocos escenarios posibles.

Uno de los motivos es que nunca sabes dónde saltará una nueva escena de objetos ocultos. Hay 16 distintas, pero las repetirás hasta la saciedad. Hacia la última mitad del juego estaba ya harto de tantas escenas, así que bajé la dificultad a fácil para poder terminarlas rápidamente pulsando de forma descontrolada por toda la pantalla. En serio, llega un momento en el que salen de forma continua y tienes que explorar cada habitación una a una para encontrarlas, es alargar la partida sin ningún sentido. Estas escenas te acaban dando algún objeto que necesitas para la aventura, que acaba sufriendo porque en lugar de tener que rebuscar por todos los lugares para ver donde usar los objetos y así encontrar otros, simplemente necesitas resolver alguna escena.

Encima, están mal programadas y en ocasiones es imposible encontrar todos los objetos que te piden. Puede que alguno exista pero sea invisible y no lo puedes pulsar, o que tengas que hacer alguna acción con varios objetos (coger un pincel, mojarlo en la pintura y luego darle color a una máscara) y uno de los pasos falle. Si te pasa esto puedes aprovechar el minijuego opcional de Combina-3 estilo Bejeweled que te permite eliminar objetos de la escena. Eso sí, no te contarán para el logro de hacer todas las escenas de objetos ocultos sin pedir pistas.

El mismo problema existe en los minijuegos. Perdí casi una hora intentando hacer uno que consistía en apagar todas las estrellas (cuando pulsas en una cambia de estado ésta y las dos adyacentes), y era imposible porque una de las estrellas había comenzado encendida. Artifex Mundi está al tanto de este problema como de tantos otros, y siempre promete que lanzará un parche para solucionarlo, pero de eso hace ya un año y creo que nunca lo arreglarán. Realmente, si no te importan los logros tienes la solución de pedir pistas o saltarte el puzle, así que no es un problema irreparable, pero esa dejadez con sus usuarios me ha hecho detestar el juego más de lo que lo hubiese hecho si todo hubiese funcionado bien.

Cuando los minijuegos funcionan, muchas veces son los que ya hemos visto tantas veces (conectar tuberías, recomponer objetos…) y otras son originales pero están mal explicados: tienes que ordenar unos discos sin saber cómo, tienes que alumbrar unas calles con 4 lámparas… pero en realidad tienes otras cinco disponibles. Muchos de estos puzles los acabé saltando porque no quería perder tiempo intentando averiguar qué se esperaba de mí.

Es una lástima que una historia que comenzó tan bien descarrile de esa forma en su segunda parte: minijuegos y escenas de objetos ocultos con errores, demasiado tiempo perdido buscando la siguiente escena de objetos ocultos y demasiadas de ellas seguidas, si pides una pista muchas veces no te dice dónde tienes que ir (te marca que tienes que cambiar de época continuamente) y encima la historia pierde todo su sentido y acaba de una forma que parece que se estén burlando de mí, y no solo por el «continuará».

Hay una historia adicional que no es la continuación (para eso supongo que tendrás que comprar Misterios del tiempo 3) y es igual de mala que la peor parte de la principal. En resumen, el juego comienza bien pero acaba siendo tan malo como la primera parte.

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