La saga de Atelier tiene un largo recorrido en Japón. Desde 1997 han aparecido 14 entregas principales, más algunos remakes y otras exclusivas para portátiles. En Europa comenzaron a publicarse a partir de la saga Atelier Iris en Playstation 2, dieron el salto a Playstation 3 con los tres juegos que componen la saga de Arland y ahora comienza una nueva saga con Atelier Ayesha.

Una de las características de los primeros Atelier, que se perdió con los títulos de Iris, era el tener un tiempo límite para terminar las tareas que formaban la historia del juego. Con Atelier Rorona volvimos a sufrirla, en este caso de una forma exagerada, teniendo tres meses para cumplir cada requisito con la amenaza de un game over si no lo hacíamos. En cambio en Atelier Ayesha el único límite de tiempo serán los 3 años de los que disponemos para terminar la historia y todas las misiones secundarias que podamos.

Eso hace de Ayesha un juego muy relajado, que te anima a explorar y probar nuevas fórmulas alquímicas sin demasiadas preocupaciones. Ayuda también el que los personajes sean bastante normales, con un reparto formado principalmente por mineros, comerciantes, pastores y taberneros, dedicados a sus ocupaciones sin ninguna intención de salir a salvar el mundo. Ni falta que hace, porque la historia no va por ahí.

Ayesha es una apotecaria que disfruta pasando horas delante del caldero, removiendo sus ingredientes para crear medicinas que luego vende a quien las necesita. No hace mucho su hermana menor desapareció en unas ruinas cercanas, y cuando se le aparece en una visión descubre que está viva y decide buscar la forma de salvarla.

Las ruinas están esparcidas por todo el mundo, y son restos de una civilización antigua especializada en la alquimia. El otro toque exótico lo pone Wilbell, una aprendiz de bruja que ve en Ayesha alguien de quien aprovecharse para aprobar alguno de sus exámenes.

Las aventuras de Ayesha la llevarán desde su pequeño refugio en las montañas hasta bulliciosas ciudades y bibliotecas milenarias, conociendo a todo tipo de gente por el camino. El mapa comienza mostrando localizaciones cercanas a tu taller, y a medida que las explores se irán abriendo nuevos caminos.

Puedes entrar en cada nuevo lugar que descubres, para matar a los monstruos y recoger todos los ingredientes. Una vez terminas puede que se abra un nuevo camino, ya sea continuando la senda, descubriendo un atajo hacia alguna localización anterior o creando una ruta en una dirección distinta.

Y durante este viaje te cruzarás con gente, ya sean viejos conocidos o nuevos amigos. Un comerciante que viaja de un lado a otro del mundo, un artista alérgico al trabajo, una cuidadora de vacas con un hermano que aspira a cazar un dragón, una funcionaria que investiga las ruinas y su guardaespaldas, un panadero apasionado… en cualquier lugar puede saltar una conversación entre ellos, explicando algo de su historia, relacionándose con Ayesha o desencadenando una serie de acontecimientos que culminen en una misión opcional y quizá un trofeo. Estos eventos suceden continuamente, y es raro ir de una ciudad a otra o caminar por las calles de un pueblo y no encontrar una o más escenas. Llegaremos a conocer muy bien a todos los personajes durante toda la aventura y más allá hasta el límite autoimpuesto de 3 años de juego.

Cada pequeña acción que hagas consume tiempo. Moverse por cada punto del mapa puede requerir un día o más, crear objetos mediante alquimia también, y cuando entras en cada zona puedes recoger ingredientes o pelear con monstruos, algo que también consume tiempo pero a menor escala.

En juegos anteriores esto podía llegar a estresarte, pero aquí el tiempo parece dar más de sí, sobre todo al no tener ningún límite marcado. Mi primer año lo pasé recorriendo el mundo sin preocupaciones, parándome en cada bosque, ciénaga, pradera y acantilado para recoger objetos varios mientras mataba monstruos y planeaba qué haría al llegar a casa y si tendría suficientes ingredientes para esa fórmula que estaba deseando probar.

Tampoco tendrás ningún problema con las peleas (a menos que sea algún jefe opcional) El juego es realmente fácil, es casi imposible que te maten y si lo hacen simplemente te recuperas tras perder un día. Todo se confabula para que los que disfrutamos de los juegos en los que hay opciones para crear y sintetizar nuevos objetos nos sintamos aquí como en casa. El sistema de alquimia es el punto central del juego y es bastante completo.

Cada objeto que recoges o compras tiene una serie de efectos, propiedades y rasgos. Los efectos describen las consecuencias de su uso (recuperar cierta cantidad de vida o puntos mágicos, aturdir, daño crítico, moverse más rápido…) y naturalmente no están presente en todos los objetos, solo en los que podemos usar dentro o fuera del combate.

Los rasgos son características del objeto que modifican su comportamiento cuando están dentro del caldero, y normalmente dan bonos según qué objetos combines. Las propiedades son efectos adicionales (mejora de vida, bonos al ataque o a los efectos de un objeto…) que pueden llegar a transferirse al objeto creado.

Todos los objetos que puedes crear están apuntados en tu libro de alquimia, que vas rellenando conforme lees otros libros o avanza la historia. Cada uno de estos objetos requiere que tengas un nivel mínimo de alquimia, todos los ingredientes que piden, ya sean objetos concretos o dentro de una categoría (animal, alimento, mineral, aceite…) y un número mínimo de puntos que varía según los ingredientes y que si no tienes suficientes afectarán al resultado final.

Cuanta mayor sea la calidad de estos ingredientes mejor será el resultado, variarán las propiedades del objeto (quizá crees una bomba con más potencia de ataque, o que ciegue o que añada daño elemental) y naturalmente puedes elegir los que prefieras. A veces no hacen falta los mejores, sobre todo si es para crear objetos para una de las muchas misiones secundarias que te piden los personajes repartidos por todo el mundo, y otras querrás usar unos ingredientes específicos para conseguir un resultado concreto (por ejemplo, un arma con los mejores bonos, daño elemental extra y que absorba la vida del enemigo). En estos casos necesitarás también hacer uso de las muchas habilidades que irás adquiriendo, como forzar la transferencia de una propiedad o eliminar una concreta que no te interesa mantener.

Usar alquimia es muy fácil, pero dominarla no tanto. Claro que excepto en casos excepcionales no te hará falta hacerlo, ya que los resultados que obtienes mezclando objetos al azar suelen ser más que suficientes. Así que en tus manos está decidir cuanta profundidad quieres en el sistema de alquimia, yo reconozco que no llegué muy lejos y solo exploré por encima las técnicas avanzadas para transferir propiedades entre objetos. Pero es que hay decenas (¿cientos?) de objetos diferentes, que se ven multiplicados porque la calidad o los atributos concretos difieren entre ellos, y una cantidad tal de rasgos y propiedades que puede costar decidir cuáles son las más útiles o las que mejor se adapten a tu estilo de juego.

Aunque hay muchos objetos posibles, los que acabarás haciendo más asiduamente serán objetos de ataque y de curación. Algunos accesorios también serán útiles, junto a objetos que te permiten viajar más rápido, ampliar la capacidad de tu cesta de viaje o tener acceso a todo tu inventario en cualquier lugar del mundo. Pero sobre todo harás bombas.

Los ataques de área son la mejor forma de tratar con los enemigos, y aunque las peleas son fáciles y perderlas no tiene ninguna consecuencia grave tampoco puedes confiarte. Ayesha es la única que puede usar objetos en combate (tanto de curación como de ataque) y los más avanzados son bombas: bombas de fuego, de hielo, combinadas, que hacen daño durante varios turnos… En muchas peleas lanzar una bomba en el primer turno te libra de los enemigos más pequeños o los deja lo bastante tocados como para que el siguiente personaje use alguna de sus habilidades que hagan daño sobre un área para rematarlos.

Si no quieres gastar objetos puedes pelear de la forma clásica, cuerpo a cuerpo. El combate es por turnos y comienza con tu grupo en una zona del campo de batalla o desperdigado por él en una de las cuatro posiciones posibles, con los enemigos siempre en el centro. La velocidad de cada combatiente decidirá el orden de las acciones, y su posición (si estás cerca del enemigo o si le atacas por la espalda) el daño que le harás, junto al equipo que lleves, claro. Puedes usar tu turno para moverte a otra posición más ventajosa o atacar desde donde te encuentras, ya que hay otras formas de desplazarse por el campo de batalla.

Los combates suelen ser rápidos excepto por los jefes finales, que tienen tanta vida que se alargan durante 15 minutos o más, y son bastante dinámicos. Es importante fijarse en los puntos mágicos disponibles, que se gastan conforme los personajes usan sus habilidades en lugar de sus armas, pero normalmente tendrás de sobra para realizar alguna acción en cada turno (con su correspondiente animación) y siempre que atacas o te hacen daño sube un contador de acción de apoyo que te permite actuar tras el ataque de un compañero. Puede que continúes su ataque con otro o que te sitúes a la espalda para golpearle con más daño, o que le protejas durante el ataque de un enemigo, o le robes un objeto o recuperes vida o magia… Hay muchas acciones distintas según los personajes que lleves, y podrás realizar alguna prácticamente en cada turno.

Además también existen ataques especiales. Estos tardan más en cargarse y en peleas contra enemigos normales nunca llegarás a usarlos, pero son mucho más potentes que cualquier otro ataque e incluyen animaciones específicas si los usas para derrotar a un enemigo.

Esto es todo lo que ofrece el combate en circunstancias normales, pero tus posibilidades aumentan si decides hacer uso de la alquimia. Puedes crear objetos y transferir propiedades a tus armas y equipo para ayudarte en las peleas. Aparte de lo obvio, que sería mejorar tus bonos de ataque y resistencia, disminuir los puntos de magia que cuestan las habilidades o infligir efectos negativos en los enemigos, puedes crear armas que absorban la vida del enemigo, objetos curativos que se activen solos cuando bajes de cierto nivel de vida, bombas que repitan su efecto en el tiempo, regeneración, sobrevivir a ataques que te matarían… Es cierto que son cosas que solo las necesitarás en las peleas más complicadas, pero dan más estrategia y muestran la potencia de la alquimia, que es de lo que trata el juego.

Gust no es una compañía que haga juegos punteros tecnológicamente, y Atelier Ayesha es un buen ejemplo de ello. Con esto no quiero decir que tenga malos gráficos, ya que tienen un estilo de dibujo animado clásico que queda bastante bien aunque sea pobre en detalle. Algunos de los escenarios han sido bastante bien recreados, como el prado frente a la casa de Ayesha o las vistas de una ciudad desde un acantilado.

Los personajes están bien animados en los combates aunque la mayoría son movimientos predefinidos, pero fuera de él pecan de una rigidez excesiva y una continua repetición de los mismos gestos durante las conversaciones. No hay mucha variedad de enemigos aunque al menos tienen un buen diseño y algunos son amenazantes (al comienzo del juego evité pelearme con un oso gigante, luego resultó que era un enemigo normal)

En cuanto a sonido no destaca en nada, con una banda sonora repleta de composiciones animadas pero con melodías que relaciono más con dibujos animados para niños que con un videojuego. Algunas de ellas se salen de ese tópico y son las mejores, y hay que destacar las canciones que suenan durante la presentación y en los créditos finales del juego. Las voces están en inglés (como todo el juego) y no tienen nada destacable pero tampoco se hacen pesadas.

La duración del juego puede ser de unas 30 horas si viajas y te preocupas de hacer las misiones de los personajes. Seguramente habrás acabado antes la historia principal, pero hasta que no pasen 3 años no acabará el juego y durante todo ese tiempo podrás continuar explorando el mapa y buscando los enemigos más poderosos. Si vuelves a empezar conservarás solamente tu dinero y el equipo, lo que te permitirá comprar rápidamente todos los ingredientes que quieras y tener una ventaja en el combate.

Con la cantidad de historias secundarias que hay parece estar pensado para jugar varias partidas, aunque puedes hacerlo todo en la primera ya que hay tiempo de sobra. Si vuelves a empezar es muy posible que encuentres eventos que no habías encontrado en la anterior, ya que algunos dependen de cuanto tardes en avanzar en la historia o donde te encuentres en ciertas fechas (por ejemplo, en el eclipse del 11 de noviembre)

Para mí este juego ha sido la sorpresa del año. Esperaba algo parecido al antiguo Atelier Rorona y me he encontrado con que ha evolucionado hacia un tipo de juego más acorde a mis gustos. Un juego sencillo, con un énfasis en la exploración, recolección y síntesis de objetos, una historia alejada de los tópicos del género y con personajes encantadores aunque algo ingenuos. Ahora espero con ganas la siguiente entrega.

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